Ante los reiterados “ataques” que muchos vecinos y vecinos denunciaron por parte de un carancho que habita en la Plaza 25 de Mayo, un especialista en aves silvestres brindó información precisa respecto a la realidad de éstas especies y explicó el motivo de su comportamiento.
“En los pinos de las plazas, cuando fui había un gavilán mixto; hay chimangos, halcones aplumados y otras especies que son parte de nuestra fauna, además de caranchos”, explicó el veterinario Juan Vidueira a Pan &Circo de RADIO MÁS (FM 106.7).
“Los caranchos que hay en plaza son 2. Son una pareja reproductiva y en un mes y medio van a ser 3 ó 4. Ninguna de las aves que mencionó son peligrosas para un humano. De hecho, los evitan”, aseguró.
Sin embargo, en el caso particular del carancho que sobrevuela y ataca a las personas, Vidueira precisó que “estas conductas de amenaza son porque tienen un nido en uno de los árboles grandes. Cuando se ven en peligro, a veces tienen conductas intimidatorias. No es que sean animales que vayan a ir a atacar a una persona. No sé atreverían a atacar a un depredador grande como nosotros. Este es el único que tiene una conducta errática, que se ve que algo les molesta”.
Según indicó el profesional, todas éstas aves pertenecen a la familia falconide, es decir que “son animales que tienen una potencia y una velocidad de vuelo bárbara, con una envergadura de alas muy grande, que llegan a tener un 1,10 metros, con las alas desplegadas. Entonces, te da miedo cuando te pasan cerca”.
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El cambio de conducta de los caranchos puede explicarse por la época del año, debido a que “hace más o menos unos 15 días, comenzaron a formar pareja reproductivas. Empezaron con todo el ritual de apareamiento y es la época donde la testosterona de los machos se encuentra en mayor proporción y se ponen medios agresivos”.
No obstante, el profesional insistió que “lo más anormal es que intenten atacar a una persona. No son aves peligrosas; menos los caranchos, que si bien tienen patas robustas, no tienen la misma fuerza que los gavilanes”.
Estas aves rapases habitan en ciudades de zonas rurales y predominan en las plazas de Pergamino, ya que se alimentan de carroña, pequeños mamíferos, otras especies y roedores. “Es un ave que se lo considera como un oportunista. Con su pico robusto tienen la capacidad de romper el cuero y alimentarse de animales muertos e incluso pueden llegar a atacar a corderos o terneros recién nacidos”, puntualizó Vidueira.
Pero a su vez, aseveró que “como cada vez hay menos vacas y menos disponibilidad de animales muertos en el campo, los caranchos van buscando la posibilidad constantemente y encontraron una fuente de comida gratis extraordinaria en la ciudad: las palomas”.
Las especies como torcazas y columba livia, que se concentran en edificios e iglesias de la ciudad, son su fuente principal de alimento. En esa línea, el veterinario reveló que “antiguamente se las combatía con venenos. Hoy, el control natural ha aumentado. Y eso hace que las rapases tomen los lugares de los nichos ecológicos que les generan las ciudades.
“Los caranchos son los que están haciendo un control biológico. Pergamino tiene lugares apestados de palomas y los caranchos de la plaza 25 de Mayo tienen una ventaja grandísima con el edificio del correo y el bingo, colmados de palomares inmensos”, enfatizó.
Por lo tanto, el experto remarcó el rol fundamental que el carancho tiene en el ecosistema urbano desde hace muchos años. Y aseguró que, aunque las autoridades locales quisieran, no podrían relocalizar las aves por dos motivos. Por un lado, señaló que “no podemos hacer nada con un ave silvestre porque no tenemos la potestad de cambiarla de lugar. La Municipalidad no tiene injerencia sobre la fauna nativa de la Provincia de Buenos Aires, salvo que tengan un centro de rescate municipal, que no es el caso”.
Por otro lado, “sacarle el nido implicaría que construya otro y si se lo relocaliza, volverá a este territorio, porque ya tiene un nicho ecológico, tiene un área de caza, de manutención, puede criar pichones y gracias a Dios, lo está haciendo hace más tiempo del que nosotros creemos”.
Es así que remarcó que, en caso de que el carancho se acerque, la persona simplemente espantándolo se podrá defender. “Ellos nos tienen miedo. No son animales agresivos así que lo pueden espantar moviendo los brazos y gritándole. No estaría bueno que lastimaran a un ave que no representa peligro”, dijo el veterinario especialista en aves silvestres, Juan Vidueira a RADIO MAS (FM 106.7).
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