El lenguaje cotidiano suele confundir ansiedad con ataque de pánico, pero los expertos diferencian ambos estados. La ansiedad es una emoción que puede durar días, con pensamientos persistentes de preocupación, dificultad para concentrarse y malestar físico.
“La ansiedad puede ser una reacción normal a algo que te hace sentir miedo o preocupación”, explica Shivanee Tripathy, psicóloga clínica en el Hospital Manipal, India. Puede notarse en actitudes como caminar de un lado a otro, aislarse de una multitud o mostrarse irritable.
En cambio, un ataque de pánico es súbito y mucho más intenso. Se caracteriza por palpitaciones, dificultad para respirar, mareos, sudoración, dolor en el pecho y sensación de pérdida de control. Estos episodios alcanzan su pico máximo en apenas 10 a 15 minutos, según estudios publicados en el National Medical Journal of India, y aunque son breves, pueden dejar a la persona exhausta durante horas.
Un ataque de pánico no se resuelve con frases como “tranquilizate” o “no pasa nada”. De hecho, ese tipo de expresiones suele aumentar la angustia. Lo que realmente funciona se parece más a un protocolo de primeros auxilios emocionales.
Qué hacer en caso de presenciar un ataque de pánico:
Qué evitar en esos momentos:
La salud mental también puede entrenarse con rutinas y recursos que fortalecen la resiliencia.
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