A Andrés Vega le falta el 40 % del cráneo. Tiene un 99 % por ciento de sordera de un oído y no ve bien de un ojo. Cuando tose se atraganta por una traqueotomía que tuvieron que hacerle y la humedad le produce un intenso dolor de cabeza. Estas secuelas le quedaron luego de que Diego Sebastián Paredes (37) lo atacara a traición con un palo, porque la víctima se había negado a darle un vino de la fiesta de 15 de su sobrina.
— ¿Para qué le pegaste? No era para tanto— le dijo un amigo a Paredes mientras la víctima yacía en el piso.
En un fallo unánime, el Tribunal Oral N° 1, integrado por la jueza Paula Soulé y sus colegas Pablo Javier Viñas y Juan Facundo Gómez Urso, condenó a Paredes a la pena de 9 años de prisión por el delito de “homicidio en grado de tentativa”. Además, los magistrados resolvieron absolver a una pareja que también estaba imputada por ese hecho.
En su alegato, el fiscal Carlos Russo había retirado la acusación de los otros dos imputados en el juicio, Yésica Aguirre y Leonel Correa, pero había solicitado una peña considerablemente mayor a la que los jueces impusieron: la de 17 años, por entender que Paredes había actuado con alevosía en el ataque contra Vega.
Por su parte, la defensa de Paredes, había pedido la absolución, por considerar que no estaba acreditada la autoría. Subsidiariamente, planteó que no se pudo acreditar la tipicidad dolosa de un homicidio agravado en tentativa. Y, finalmente, consideró que el delito ser, en todo caso, considerado como un caso de lesiones graves.
Los jueces descartaron en todo momento el planteo de cambiar la calificación a “lesiones leves”. En el juicio, Vega mostró cómo le quedó la cabeza, lo que demostró a simple vista la gravedad de la herida que le provocó Paredes. Además, explicó que estuvo 27 días en terapia intensiva, 3 meses internado y 1 años y 3 meses de rehabilitación. Además, tras el ataque, debió cambiar de trabajo. Angustiado, el hombre explicó que pudo no haberse despertado de ese ataque y que tendrá “secuelas de por vida”.
Una fiesta de 15 que terminó en tragedia
El 21 de noviembre de 2021, la familia Vega festejó el cumpleaños de 15 de una adolescente en su casa de Sartore al 2200, del barrio La Herradura. En ese contexto, Paredes y otros dos vecinos, sin ser invitados, se acercaron al lugar, intentaron ingresar y llevarse unos vinos para tomar en la vereda.
“Negro mugriento, negro de mierda”, le dijo uno de los vecinos a Vega, quien salió de la vivienda para enfrentarlo. “Como me vinieron a prepotear en mi propia casa, me puse a pelear de manos”, explicaría la víctima. En ese contexto, apareció Paredes con un tirante o caño galvanizado de aproximadamente un metro y lo atacó a traición a Vega, anulando cualquier intención de defensa del mismo, propinándole un golpe en la cabeza.
Vega perdió la memoria, se desmayó unas cuatro veces en unos minutos y fue llevado de urgencia al Hospital Interzonal. Luego diría que recuerda un palazo y que sintió golpes cuando estaba en el piso, pero sin saber exactamente quién le pegó. “Creo que me quisieron rematar en el piso”, declaró en el juicio.
Agravantes
El grado de intensidad de las lesiones que sufrió Vega se encuentra avalado por las declaraciones que
efectuaron los médicos forenses. El fiscal Russo entendió que, como agravante, había que considerar las severas secuelas provocadas en la salud de la víctima.
“Ha quedado demostrado no sólo la gravedad de las lesiones padecidas por la víctima, sino las múltiples secuelas de carácter vital que han quedado en su salud a consecuencia del hecho de esta causa. No sólo tuvo que adecuar su actividad laboral por las molestias y dolores que sufre a menudo, sino que quedó patentizado la pérdida de audición y de parte del cráneo”, consideraron los jueces en la sentencia.
En cuanto a la alevosía planteada por el fiscal Russo, los magistrados entendieron que no se encuentra suficientemente acreditada. “La acción típica de homicidio demanda en el caso de la alevosía un contexto situacional determinado en el que la víctima debe hallarse en un estado de indefensión o de imprevisibilidad de la agresión y su aprovechamiento por parte del autor”, citaron en el fallo y explicaron hay motivos para afirmar que esa situación de indefensión o de imprevisibildiad de la agresión no existió en el caso.
Para los integrantes del Tribunal N° 1, el tumulto, la discusión y la pelea que protagonizó Vega, entre griteríos y trompadas permite descartar la “situación de indefensión o imprevisibildiad de la agresión” que exige la la alevosía. “En este contexto, Vega -aún cuando estaba borracho según lo admitió en el debate- se colocó en situación de pelea y aún cuando el ataque es más esperable por parte de su contrincante directo, no resulta imprevisible que provengan agresiones de otra persona del grupo contrario”.
Para los jueces, al estar en una pelea, la víctima tenía cierto grado de alerta y en ese sentido podía esperar una posible lesión de alguien distinto de su contrincante.
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