Un alumno de 12 años llevó un arma de juguete a la Escuela Secundaria N°88 de Villa Elisa y amenazó a un compañero durante una clase. El hecho, que ocurrió el martes por la tarde en un aula del establecimiento ubicado entre las calles 3 y 422, generó conmoción entre los estudiantes y fue denunciado por la madre del menor intimidado.
Aunque luego se confirmó que el arma era una réplica, la causa quedó en manos de la Justicia platense bajo la carátula de “averiguación de ilícito”.
La escena no se desarrolló en una novela de suspenso, sino en una escuela pública de barrio. Era un día como cualquier otro por la tarde y, como en una clásica jornada escolar, los chicos estaban en el aula de la Escuela Secundaria de la localidad perteneciente al Partido de La Plata. Pero entre los cuadernos, las mochilas y los celulares, apareció algo que, durante algunos segundos —o quizás fueron minutos— alteró el pulso de más de uno: un arma.
El que la blandía era un alumno de apenas 12 años. La víctima, su compañero de 13. El objeto, una réplica. Pero en ese momento, nadie lo sabía. “Parecía completamente real”, dijo más tarde el chico amenazado.
Y es que, en tiempos donde la realidad supera a la ficción, nadie está dispuesto a asumir que un arma en manos de un nene puede ser de mentira.
El relato se activó al final de la jornada, cuando el adolescente intimidado salió del colegio y, con la voz aún alterada, le contó a su madre lo que había ocurrido. Ella no lo dudó: fue directo a la comisaría de Villa Elisa y presentó una denuncia. Minutos después, la policía llegó a la escuela y comunicó la situación a las autoridades.
Según reconstruyeron los voceros, uno de los profesores logró intervenir en el aula. Le quitó el arma al chico y la entregó a la directora. Desde la institución intentaron contener el hecho internamente. “Era un arma de juguete”, aclararon horas más tarde. Pero el asunto ya había trascendido las paredes del colegio.
La Unidad Funcional de Instrucción del Joven N°1 de La Plata tomó intervención y caratuló el expediente como “averiguación de ilícito”. El chico que llevó la réplica fue apartado preventivamente, aunque aún no se definió qué pasará con su continuidad escolar.
Nadie resultó herido. No hubo disparos. Ni siquiera existía la posibilidad física de que ocurriera algo peor. Y sin embargo, el miedo fue real. Porque lo que se pone en juego no es solo un objeto, sino una representación: la del arma como poder, como amenaza, como modo de imponer. A los 12 años.
El episodio deja más preguntas que respuestas. ¿Por qué un chico lleva un arma de juguete al colegio? ¿Qué quiso decir al mostrarla? ¿Fue un juego? ¿Una intimidación deliberada? ¿Un pedido de atención? La escuela, como muchas otras veces, se convierte en espejo de una sociedad que a veces no sabe cómo mirar a sus propios hijos.
Y mientras las autoridades analizan sanciones y los fiscales revisan actuaciones, los padres —los de todos— empiezan a preguntarse si de verdad saben qué llevan sus hijos en la mochila.
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.