El lunes, al retornar a su lugar de trabajo, se toparon con una escena desoladora: el sistema de enfriamiento de la cámara frigorífica había sido vandalizado y desmantelado. Los daños eran evidentes, con caños de bronce arrancados y equipos esenciales sustraídos.
La encargada del establecimiento, visiblemente afectada, compartió la magnitud del perjuicio sufrido: “El gasto es inmenso. Nos quedamos sin agua y sin ningún equipo de frío. No tenemos ni siquiera una heladera en funcionamiento”.
Los ladrones, al perpetrar el robo, no solo se llevaron los caños de bronce y equipos de enfriamiento, sino que también causaron daños adicionales al sistema de agua del establecimiento. La afectada comparó el impacto con el robo del medidor de gas, señalando que aunque parezcan elementos insignificantes, los costos y las complicaciones para reponerlos son considerables.
Con el futuro de la carnicería en vilo, la incertidumbre sobre su reapertura es latente. La víctima expresó su angustia al no saber cuándo podrán retomar sus operaciones comerciales: “Nos dejaron en una situación desesperante”.
Ante la indignación y el desamparo provocados por este acto delictivo, los habituales clientes se solidarizaron con los comerciantes afectados y esperan que las autoridades tomen medidas para prevenir futuros robos.
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