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Una historia de resiliencia, esfuerzo y superación

Nació en Paraguay, finalizó sus estudios secundarios en Pergamino y hoy busca hacer realidad su sueño de ser maestra compatibilizando la familia, el trabajo y el estudio. “El estudio es importante porque a través de él aprendo y sigo aprendiendo y me motiva muchísimo a seguir porque quiero ser un ejemplo para mis hijos quiero dejar huellas en la vida de cada alumno que tendré a futuro quiero ser un modelo a imitar”

Susana Baez Caballero es una joven madre de 29 años oriunda de Paraguay que vive en el barrio Newbery de nuestra ciudad junto a su marido y sus hijos.

Sus ganas de salir adelante la impulsaron a terminar la secundaria y poder cumplir su sueño de estudiar profesorado de educación primaria.

La joven rindió en abril las últimas dos materias que le quedaban de su secundario de adultos donde terminó sus estudios gracias a un profesor que tuvo que le insistió en terminar. Hoy pudo cerrar esa etapa y volcarse de lleno a su carrera terciaria en el Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) N°121 donde de a poco se va adentrando en los pormenores del sueño que siempre tuvo: ser maestra.

“Siempre tuve ese sueño. Desde chiquita de que quiero ser maestra” reconoce.

Susana comentó a PRIMERA PLANA, cómo fue que terminó viviendo en nuestra ciudad “me vine de Paraguay el  12 de junio de 2010 a visitar a mi hermana, en ese momento  yo era menor de edad, mis padres me dieron permiso de venir a visitar  a mi hermana que vive acá en Pergamino y de paso ver si me podía adaptar para poder  estudiar más adelante”.

Entonces permaneció en nuestro país hasta fines del 2010 para regresar a Paraguay nuevamente, con el permiso de sus padres.

Hasta que luego volvería desde el distrito Paso Yobái por segunda vez para quedarse instalada definitivamente en nuestra ciudad.

Aunque ahora va cada año a su país natal lo hace solo de visita porque está profundamente arraigada a Pergamino junto a la familia que formó.

Cuenta Susana que cuando regresó por segunda vez de Paraguay  “ya tenía 16 años y la señora de la casa donde alquilábamos me quería muchísimo y me daba para hacer mandados, pagar impuestos  y le limpiaba su casa y así estuve hasta cumplir 17 años. Viví con mis hermanas, yo era cocinera y le esperaba con la comida hecha”.

Y fue así como de a poco se empezó a abrir camino en el ámbito laboral “mi hermana me consiguió trabajo, fue  como niñera.”

“Me querían mucho porque me adapto rápido al cuidado de niños tengo experiencia a pesar de mi edad porque en Paraguay cuidaba de mi hermanito. Mi mamá nos brindó las herramientas necesarias para poder sobre llevar en la vida yo sabía limpiar, cocinar, lavar y cuidar niños” recuerda.

 “Fue en ese trabajo cuando mi empleadora me decía que empiece a estudiar porque soy joven” recuerda. “Yo siempre le decía que mi sueño es ser maestra y ella me apoyó”

Desde ese entonces averiguó los requisitos que se requerían para poder estudiar “anoté todo, hice una llamada a mi mamá y me mandaron el analítico por encomienda a la terminal de Retiro y viajé hasta Buenos Aires a buscarla”.

Además Susana rememora como fue dejar su tierra natal para venir a nuestro país. “Dejé mi país con lágrimas en los ojos al despedir a mi mamá y papá. Migrar es difícil  porque es ahí que se siente lo que es realmente extrañar a la familia, al  lugar donde crecí y nací.”

 

La familia propia

“Al cumplir  17 años conocí  a mi marido. Desde ese momento salimos hasta ponernos de novios y así todo comenzó”, recuerda. 

Con respecto a cómo llegó a radicarse en el barrio Jorge Newbery relata que su actual marido, “vivía en la casa de su hermana en el barrio Newbery y a través de él vine a vivir en el barrio.”

Susana reflexiona sobre todo lo que ha vivido desde que decidió asentarse en nuestra ciudad. Con apenas 29 años hizo su vida acá. Luego de estar cinco años viviendo con su marido nació su primera hija quien hoy tiene 7años y dos años y medio después nació su hija quien tiene 5 años. “Después de 12 años que estamos juntos decidimos casarnos hace 2 años” confiesa.

 

La importancia del estudio

La joven asegura que “El estudio es importante porque a través de él aprendo y sigo aprendiendo y me motiva muchísimo  a seguir porque quiero ser un ejemplo para mis hijos para que nunca bajen sus brazos hasta lograr su objetivo. Quiero dejar huellas en la vida de cada alumno que tendré a futuro  quiero ser un modelo a imitar”.

“Quiero ser maestra porque desde chiquita  soñé con esto y siento que esta profesión nació dentro mío y para eso me estoy capacitando”.

Como una de sus metas, describe que comenzó a estudiar “para poder brindar las herramientas necesarias en la enseñanza de los niños. Quiero ser una docente admirable una docente que ama su profesión y que ama su trabajo”.

 

Compatibilizar el estudio, el trabajo y las tareas de cuidado.

“Trabajar, estudiar y cuidar de mi familia  es una responsabilidad muy grande” reconoce ante el interrogante de PRIMERA PLANA, sobre cómo se desenvuelve en las diferentes funciones que hoy le toca desempeñar.

Susana quien trabaja como empleada de limpieza en una casa de familia cuenta cómo se organiza familiarmente para poder cumplir con todos sus compromisos.

“Yo trabajo a la mañana  mientras mis hijos van al jardín y a la escuela. Gracias a mi trabajo puedo sustentar el gasto  de mi hija que estudia inglés y pude sustentar mi gasto de mi estudio terciario” relata.

“Trabajar y estudiar también es una responsabilidad” porque “hay que cumplir con los trabajos prácticos, hay que estar presente en clases, a veces  la cursada es muy agotadora porque mi horario es bastante cargado”.

Susana expresa lo importante que es seguir con la frente en alto y enfrentar el agotamiento de la rutina diaria, situación para la que afortunadamente tiene ayuda. “Hay días que me siento cansada pero jamás me rindo. ‘Yo puedo, a seguir batallando’ ese es mi frase, que me da fuerza para seguir y cuidar de mi familia.  Cuento mucho con mi marido, en eso nos ayudamos ambos. No me puedo quejar, es un papá responsable  que me ayuda en todo momento  con mis hijos”.

“¿Cómo hago con todo? Es cuestión de organizarse. Me organizo llevando mis hijos a la escuela y mi marido lo retira y siempre hay que confiar en que podes. Cuando tengo reunión  o algún acto en la escuela de mis hijos me organizo para asistir y cumplir mi rol de madre. No es fácil  mi vida día a día pero lucho por mis hijos para poder crecer”.

Preguntada por PRIMERA PLANA sobre cuál es su mensaje hacia otras mujeres que se encuentran en su misma situación: “Mi mensaje sería que se animen a estudiar que se animen a salir de lugar donde están porque el estudio es la única herramienta para crecer porque sin estudio la vida cuesta mucho. Acá tienen todo, aprovechen la universidad gratis estudien por el bien de su futuro y el de su familia”.

Sobre todo, “no se desanimen. Nada es fácil, porque si fuera fácil todos ya seríamos profesionales. A poner ganas y luchar para poder crecer”.

Al principio “tenía dudas y miedo pero ahora agarro fuerzas de donde no hay y siempre trato de ser positiva para luchar por el objetivo de cumplir mi sueño” concluyó.

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