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Una historia viva sobre rieles: el Museo Ferroviario cumple 3 décadas

“Tuvimos más contras que apoyos en estos 30 años, pero sobrevivimos", remarcó Eduardo Vázquez, presidente de APREF

El Museo Ferroviario de Pergamino, también conocido como Ferromuseo o Museo de APREF, celebra este año su 30º aniversario. Detrás de estas tres décadas de historia, hay una pasión intacta por preservar el patrimonio ferroviario y la memoria colectiva de una ciudad que creció al compás del tren.
Su nombre formal es APREF, sigla de “Asociación de Preservación Ferroviaria”, una entidad fundada el 20 de octubre de 1995 en el bar de la estación de trenes de Pergamino. Nació en plena década de las privatizaciones, cuando muchos de los elementos históricos del ferrocarril empezaban a desaparecer. Fue entonces cuando un grupo de vecinos de Pergamino, apasionados por la historia local, decidieron actuar para evitar el desguace del patrimonio ferroviario. Así nació el museo, con la intención de rescatar documentos, herramientas, fotografías, dispositivos de comunicación y, sobre todo, los testimonios de los ferroviarios veteranos.
"En ese momento podíamos hablar con gente que tenía 90 años y que había vivido toda la historia del ferrocarril en carne propia. Teníamos acceso a su experiencia, sus conocimientos, y empezamos a recuperar desde papeles hasta teléfonos, telégrafos y herramientas que se usaban en la operatoria diaria" , recordó Eduardo Vázquez , presidente de APREF y uno de sus principales impulsores.
Uno de los valores más destacados del museo es su colección didáctica. Pergamino es una de las pocas ciudades del país que conserva el material utilizado en las escuelas ferroviarias: desde manuales y apuntes hasta maquetas a escala de locomotoras a vapor y piezas reales cortadas por la mitad para mostrar su funcionamiento. "El ferrocarril fue tan avanzado que tuvo que crear sus propias escuelas para capacitar personal, porque no existían las técnicas ni los cursos necesarios. Era un sistema muy estricto, con formación sólida, porque no se le podía confiar cualquier cosa a quien conducía una locomotora" , explicó Vázquez .
La llegada del tren a Pergamino en 1882, por el entonces Ferrocarril del Oeste -hoy Ferrocarril Mitre-, marcó un antes y un después para la ciudad. Su crecimiento se aceleró de forma vertiginosa y, apenas diez años más tarde, Pergamino se convirtió en ciudad. "El 80% de las localidades del país nacieron a partir del ferrocarril. En nuestro caso, barrios enteros como Acevedo, Villa Progreso, Trocha, Desiderio de la Fuente y hasta el barrio Jardín, fueron producto del afincamiento de los obreros ferroviarios" , destacó.
El impacto del ferrocarril en la vida social y deportiva también fue enorme. Tres clubes de la liga local surgieron de raíces ferroviarias: Compañía, Douglas Haig -fundado por maquinistas del Ferrocarril Mitre- y Tráfico's Old Boys. “Hasta en lo deportivo el tren dejó su huella en nuestra ciudad” , subrayó Vázquez .
Hoy, a 30 años de su creación, el museo sigue en pie gracias al esfuerzo de un grupo de voluntarios que, sin grandes apoyos, han logrado conservar y restaurar cada objeto con un fanatismo admirable. “No es solo que mantenemos lo que hay. Seguimos sumando piezas, restaurándolas para que luzcan como nuevas, y recreamos espacios tal como eran, como la boletería de una estación de pueblo, la oficina del jefe con su caja fuerte y su reloj de péndulo, o las herramientas del taller ferroviario”.
La reapertura del museo será en los próximos días, aunque sin un acto formal. “No tenemos fecha ni haremos un acto de reinauguración. Simplemente vamos a abrir las puertas y recibir a quienes quieran conocer este patrimonio. Incluso aquellos que ya lo visitaron años atrás se van a sorprender, porque hay muchas novedades”, adelantó el presidente de APREF. Por el momento, quienes se acerquen los sábados por la tarde ya podrán encontrar al equipo trabajando en el lugar.
El Museo Ferroviario de Pergamino está ubicado en Alsina 205, en el predio de la estación. Allí, vecinos y visitantes pueden revivir una parte fundamental de la historia local y nacional, en un recorrido que va mucho más allá de las vías: es un viaje directo al corazón de la identidad pergaminense. Aquellos que quieran puedan ingresar a su Facebook (Museo Apref Pergamino).
Consultado sobre el futuro, Vázquez fue claro: “Tuvimos más contras que apoyos en estos 30 años, pero sobrevivimos. Este legado es para las futuras generaciones. Queremos que más gente se arrime, se contagie de esta pasión, y que entienda que preservar la historia no es solo cuidar objetos, sino cuidar nuestra identidad como comunidad”.
Historia, auge y crisis
Los ferrocarriles argentinos fueron durante décadas uno de los principales motores del desarrollo económico, social y territorial del país. Desde su inicio en 1857 con el primer tramo entre El Parque y La Floresta, el sistema ferroviario creció rápidamente, expandiéndose por todo el territorio nacional y alcanzando una red de más de 47.000 kilómetros hacia mediados del siglo XX.
Durante su época de esplendor, los trenes no solo transportaban pasajeros y mercancías, sino que también llevaban progreso. Las estaciones eran el centro de la vida de los pueblos, y muchas localidades nacieron al compás del tendido de las vías. Bajo la gestión de Ferrocarriles Argentinos, fundada en 1948 con la nacionalización del sistema, el ferrocarril vivió años de esplendor, con servicios frecuentes, modernos y accesibles para todos.
Sin embargo, a partir de la década del 60 comenzaron las señales de deterioro. La falta de inversión, el crecimiento del transporte automotor y aéreo, y las decisiones políticas fueron reduciendo la importancia del sistema ferroviario. El golpe más fuerte llegó en los años 90 con el proceso de privatización, que significó el cierre de ramales, la pérdida de millas de empleos y la desconexión de cientos de pueblos del interior.
En las últimas dos décadas, hubo intentos de recuperación, con la reactivación de algunos servicios de pasajeros y cargas. La creación de Trenes Argentinos buscó reconstruir parte de lo perdido, pero las dificultades presupuestarias, los vaivenes políticos y el deterioro de la infraestructura hacen que el proceso sea lento y desigual.
Hoy, el debate sobre el futuro del ferrocarril vuelve a estar presente. Muchos coinciden en que su recuperación es clave para un modelo de país más federal, inclusivo y sostenible. Conectar regiones, reducir costos logísticos y ofrecer transporte accesible para millones de personas son algunos de los grandes desafíos que enfrenta el sistema ferroviario argentino en el siglo XXI.

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