Después de muchas horas de intentos fallidos por ubicarlo, la familia de Juan Martín Zanzarelli se presentó a la Justicia el 19 de octubre pasado, radicando una denuncia por “averiguación de paradero”. Ni los contactos más íntimos podían localizarlo, y esta situación provocó una honda preocupación entre sus allegados.
Pero en paralelo, y con el correr de los días, en la Fiscalía Nº 4 a cargo de Pamela Ricci, comenzaron a desfilar posibles damnificados con presuntas estafas, tal como se orienta la línea investigativa abierta desde sus testimonios. Al parecer, Zanzarelli recibía dinero de gente que, en confianza, se lo entregaba para realizar inversiones, con tasas mucho más atractivas que las vigentes en el mercado. Pero desde hace un tiempo, dejaron de tener novedades suyas y no recibieron ni el capital inicial ni las ‘ganancias’.
La principal denuncia radicada fue impulsada por el socio comercial de Zanzarelli, quien podría resultar ser otro de los perjudicados, dado que al permanecer en Junín debe hacerse cargo de recibir los reclamos de los ‘inversores’. En los pasillos del edificio San José de Fiscalía remarcan que “lo dejó colgado con el negocio y ahora debe enfrentar los pedidos”, con los que no tendría relación.
La fiscal Ricci también cuenta con el testimonio de una mujer, que efectuó una presentación penal para que se investigue a Zanzarelli, y en la que denuncia haberle entregado una suma importante de dinero para su inversión, en la que creyó por la relación de amistad y confianza que los unía.
DENUNCIAS Y CONSULTAS
Cuando trascendió que la propia familia había recurrido a la Justicia en búsqueda de ayuda para localizarlo y luego de las primeras denuncias radicadas, comenzaron a sucederse en la Justicia juninense consultas en serie. Muchos posibles estafados descartarían este proceso penal y elegirían avanzar por el lado del fuero civil, a través de demandas por daños y perjuicios, dado que “lo que les interesa es recuperar el dinero que le entregaron” al ‘desaparecido’ Zanzarelli, según apuntaron a LA VERDAD fuentes cercanas a la investigación.
Mientras tanto, la sustanciación del proceso de investigación en la Fiscalía 4 no se encuentra cerrada, porque son varios los abogados –en representación de distintos clientes- los que están movilizándose en búsqueda de información, para avanzar en el camino de nuevas denuncias por estafa.
Por este motivo, los funcionarios judiciales también se encuentran analizando la posibilidad de unificar las causas –hasta el momento hay tres radicadas-, pero que podrían ir creciendo en cantidad a partir de esta movilización de letrados percibida durante los últimos días.
Además, “estafa” es justamente la figura penal por la que habría optado la fiscal interviniente para manejar la causa, tras descartar la figura de “retención indebida”.
DAMNIFICADOS
Por el momento, se ignora la cantidad exacta de damnificados que dejaría el accionar de Zanzarelli, aunque se estima que el procedimiento de recoger fondos para inversiones habría excedido geográficamente la ciudad y alcanzado a “clientes” de localidades de la zona, como por ejemplo Lincoln.
Según el testimonio preliminar de algunas personas, le habrían hecho una o varias entregas de dinero a Zanzarelli, quien efectuaba reportes trimestrales o semestrales sobre la evolución de la “inversión”. Esto, con el paso del tiempo, hizo que muchos otros se animaran a confiarle sus ahorros.
Por el momento, es “incalculable” para la Justicia el monto final que estaría adeudando Zanzarelli, a la vez que se hace difícil determinar cuántos son los damnificados, porque muchos optaron por llegarse a Tribunales sólo a “consultar alternativas”, mientras que otros no pueden justificar cómo se hicieron del dinero que entregaron y tienen temor que puedan ser perseguidos –por la Justicia o por la AFIP- por evasión.
Por ahora, quienes eligen el camino del reclamo legal son aquellos que pueden justificar el origen de los fondos que entregaron a Zanzarelli: por una sucesión, indemnización por despido, ventas, ahorros, entre otros orígenes.
A ACTIVIDAD PREVIA
Según trascendió, previamente, Zanzarelli se había desempeñado como contador en una importante empresa de nuestro medio, tarea que abandonó hace alrededor de cuatro años para dedicarse de lleno a esta operatoria.
El comercio que tenía en marcha el apuntado por estafas se encuentra ubicado sobre calle Narbondo, en la que se ofrece un servicio denominado ‘trading’, que consiste en la compraventa de activos cotizados. Se realiza habitualmente en mercados líquidos y electrónicos, y lo que se hace es comprar un activo y venderlo cuando alcance un precio más alto, o vender un activo a un precio alto y comprarlo nuevamente cuando sea más barato, para de esta manera obtener ganancias.
Zanzarelli incluso promocionaba estas operaciones que ofrecía, y la Justicia tendría en sus manos algunas imágenes en la que explicaba detalladamente cuál era su trabajo. Por el momento, los damnificados que se han conocido, coinciden en remarcar que entregaron sus fondos porque el hombre exhibía una gran solvencia en cuanto a conocimientos y manejo de este sistema financiero. Además, pudo saberse que algunos clientes habrían tenido la oportunidad de retirar determinada ganancia, en cierto momento, lo cual había solidificado su imagen.
“Todos los testimonios apuntan a que se trataba de una persona confiable, seria, responsable y disciplinada, entre otras virtudes. Por eso le entregaban el dinero para su colocación, y él recibía como pago una parte de los intereses obtenidos, repartiendo el resto con los dueños del capital. A la gente le seducía el plus que prometía respecto a los intereses vigentes en el mercado, y sumado a la relación de confianza que los unía”, explicaron fuentes relacionadas con el caso.
Ahora, la Justicia deberá realizar una ardua tarea de investigación para determinar si el negocio dejó de ser rentable para Zanzarelli o nunca existió, y si tuvo lugar algún acontecimiento –como haber estado impedido de devolver el dinero recibido- que haya motivado su decisión final de dejar la ciudad, entre las hipótesis de trabajo con las que cuenta la fiscal Ricci.
SIN RASTROS
Desde el 19 de octubre, no hay rastros sobre el paradero de Juan Martín Zanzarelli, y así fue como un familiar directo radicó la denuncia.
Por lo pronto, se presume que el juninense dejó la ciudad por propia voluntad, y se ignora si tomó contacto con alguien vía correo electrónico o red social para informar su destino y sus intenciones de regresar o no a Junín. Por eso, la causa por “averiguación de paradero” sigue en pie, mientras avanza la investigación penal por posibles estafas, que agregaría nuevos damnificados con el correr de los días.
ANTECEDENTES DE ESTAFAS EN JUNÍN
Por el año 2003, Daniel Arsenio González y su esposa Cristina Margarita Vaninetti fueron acusados por el delito de defraudación, estafa y administración fraudulenta contra ahorristas de la Mutual Crecer y la financiera Financris.
La pareja fue detenida entre el 2 y 3 de abril de 2003 en la ciudad española de Ávila, ubicada a unos 100 kilómetros de Madrid, donde fue detectada por investigadores de INTERPOL. Luego de ser extraditados desde España, el ex titular de Crecer Amigos del Club Ciclista Juninense y Financris arribó a Junín junto a su esposa, donde quedaron detenidos y fueron procesados por la Justicia local.
El expresidente del Club Ciclista y Vaninetti fueron beneficiados con el arresto domiciliario, en una medida resuelta por la jueza Muñoz Saggesse. La resolución permitió que los imputados abandonaran las celdas que ocupaban en las comisarías de General Arenales y General Pinto, respectivamente. Si bien los delitos que le imputan al matrimonio son excarcelables, cuando Muñoz Saggese dictó la prisión preventiva evaluó que tanto González como Vaninetti intentaron eludir la acción de la Justicia al fugarse del paìs, luego de que la magistrada les fijara a cada uno una caución real de 250.000 pesos, que nunca se pagó.
Los acreedores habían depositado sus ahorros en la Mutual Crecer y la financiera Financris antes que González que fuera declarado prófugo de la Justicia. En su momento, se estimó que el monto por los delitos que les imputaron ascendió a una suma que rondaba los cinco millones de dólares.
SENTENCIA POR ESTAFA
Por otra parte, a fines de octubre de 2019 se conoció la sentencia en el marco de otro resonante caso en Junín por el delito de estafa, contra Carolina Nora Seminario y Nora Patricia Balzarotti.
Los hechos consistieron en acciones desplegadas por Seminario -como representante comercial- y Balzarotti -como presidente de la firma «Trust and Investment Administration S.A.» (TIASA)- dirigidas a la captación pública de inversores, ofreciendo suscribir una operatoria llamada «Fideicomiso de Inversión» con los nombres de «TIASA II» y TIASA III», promoviendo ilegalmente la inversión de ahorristas a través de operatorias fuera del marco legal de las negociaciones comprendidas en fideicomisos, sin registración alguna en ningún órgano de contralor, como tampoco resultó justificada la aplicación de los fondos captados a finalidad rentable lícita alguna, generando engaño en quienes los suscribieron.
En la sentencia del juez Jorge Cóppola, se condenó a las acusadas a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional y dos años de inhabilitación especial para el ejercicio de una actividad regulada por la autoridad pública, específicamente intermediación entre la oferta y demanda de recursos financieros, por resultar autoras penalmente responsables del delito de estafa, seis hechos en concurso real, en Junín, en diferentes fechas de los años 2009 y 2010, de los que resultaron damnificados María Julia Martirén, Inés Martirén, Ricardo Bitar, Graciela Molinari de Covini, Ana Lapietra, Ricardo Horacio Bitar, Hernán Rachid y Stella Maris Berrochio.
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