El Gobierno oficializó este jueves la postergación del aumento en el impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL), al trasladar los efectos de la suba de mayo a junio, mediante el Decreto 375/2024 publicado en el Boletín Oficial.
De esta manera, el Ejecutivo definió diferir la actualización correspondiente al cuarto trimestre de 2023 de los Impuestos sobre los Combustibles y al Dióxido de Carbono para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, al 1° de junio de 2024.
En el documento oficial, se explicó que se resolvió posponer el incremento “con el fin de estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible”. Además, desde el Gobierno indicaron que “la medida garantiza previsibilidad al sector y establece que no habrá incremento alguno, por dichos conceptos, en el mes de mayo”.
En Junín, sobre el tema, el empresario del sector Norberto Elisei, indicó que en caso de la compañía a la que representa el martes por la noche se dio a conocer un aumento del cuatro por ciento en la lista de precios generales.
Asimismo, Elisei indicó que “las ventas, de modo global, han sufrido una caída del 25 por ciento aproximadamente” en lo que va de 2024.
En contacto con Grupo La Verdad, Elisei expresó que “el martes nuestra bandera nos pasó nuevos precios, con un 4 por ciento de aumento. Lo que no quiere decir que hoy o mañana esto puede retrotraerse por la decisión que tomó el Gobierno. Se hablaba de un aumento de entre el 8 y el 10, pero la compañía subió solo un 4 por ciento. Veremos si esto ahora vuelve atrás o se posterga para el futuro”.
Menos ventas
Consultado acerca del volumen de comercialización en función de los aumentos constantes que sufren los combustibles, el empresario de nuestra ciudad sostuvo que “la caída en las ventas se siente, nosotros estamos ubicados en un lugar en el que durante las vacaciones hay muchísimo movimiento y eso de alguna manera ayuda. Pero en los últimos meses las ventas cayeron casi un 25 por ciento. Cuando el país atraviesa por momentos como el que estamos viviendo ahora las ventas se resienten. El incremento de precios de cualquier producto siempre castiga al consumidor”.
En la continuidad del diálogo con este medio, Elisei planteó que “en invierno sabemos que la actividad en general afloja, y eso también repercute en el nivel de ventas. Nosotros en todos estos años hemos comprobado que es así, y a esto se suma ahora la situación económica general que sabemos que no es la mejor”.
Y acerca del posible cierre de estaciones de servicio a nivel nacional dijo: “Puede ser que quienes tengan poco volumen de ventas sufran complicaciones para poder sostener la estructura general de costos”.
El campo
En tanto, acerca de la actividad agropecuaria y el significado que la misma tiene para una zona de las características de la nuestra, el entrevistado respondió: “La cosecha no mueve mucho de manera directa en el caso nuestro, como estación de servicio. No tenemos ventas mayores en ese sentido, pero sí sabemos que el campo siempre genera movimiento, y eso es bueno para todos”.
La postergación del Gobierno
La actualización del impuesto ya había sido postergada, por la actual administración de Javier Milei, a fines de enero cuando se fijó el 1 de mayo como fecha para aplicar el último tramo de las subas correspondientes a los trimestres del año pasado.
La decisión de posponer nuevamente el aumento había sido anticipada por el Ejecutivo junto con la postergación de los ajustes en las tarifas de luz y gas, con el objetivo de consolidar la reducción de la inflación, registrada en las últimas semanas.
Economía justificó la medida asegurando que “porque estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media», al responder lo publicado por una periodista que advertía que "la obsesión del Gobierno por reducir la inflación comienza a colisionar con la base del programa económico: eliminar el déficit de las cuentas del Estado".
A pesar de la postergación en la suba del tributo, la nafta y el gasoil aumentaron desde este 1 de mayo un 4 por ciento debido a la devaluación mensual del peso frente al dólar del 2 por ciento y el aumento del barril del petróleo. En caso de haberse aplicado la actualización prevista, se calcula que el incremento habría alcanzado el 8 por ciento.
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