Alejandro Sabater(@sabateralejandro) tiene 29 años y es del partido bonaerense de José C. Paz. Luego de quedarse sin trabajo en marzo de este año, comenzó a trabajar de cartonero para poder continuar y sostener a su familia. Tras compartir su nuevo oficio en TikTok, sus videos se hicieron virales y consiguió un trabajo como desarrollador web. Para conocer más sobre esta historia de resiliencia.
Ante este angustioso panorama, el trabajador decidió llevar adelante el plan que tenía rondando en su cabeza: ser cartonero. Lejos de sentirlo como un pesar, Alejandro lo entendió como una oportunidad: manejaría sus propios tiempos para estudiar y pasar tiempo con su familia.
Su hermano le había comentado que iba a salir a juntar cartón como una forma de sumar más plata a la casa. Fue así que ambos comenzaron a juntar cartones en el barrio porteño de Chacarita, donde también encontraban algunas joyitas como periféricos de computadoras, ropa en buen estado, juguetes y otros objetos que podían ser reutilizados.
En este contexto, Alejandro pensó que sería interesante compartir su trabajo como cartonero en alguna red social. Entonces tomó la decisión de crear la cuenta de TiktTok @el_cartoneroinf, cuya descripción dice: “Me quede sin trabajo y necesito hacer plata mientras estudio”.
“De a poco empezamos a subir las cosas que encontrábamos buscando cartón y compartía algunos tips del cartonero. Le fue muy bien a esos videos”, contó Alejandro.
Sus jornadas de trabajo podían durar entre tres y cuatro horas, para luego regresar a su casa de José C. Paz a estudiar y compartir tiempo con su familia. “Este año mi hijo empezó a estudiar en el jardín y no teníamos quien lo cuide. Mi señora trabaja de profesora de nivel inicial, así que también se le complicaba. Lo llevaba al jardín a la mañana, después volvía, le hacía la comida y me iba a Capital para poder empezar a trabajar”, explicó.
Alejandro cuenta que al principio su trabajo como cartonero fue muy distinto a lo que se imaginaba. Tuvo que meterse en los tachos de basura, revisar bolsa por bolsa, soportar los insultos de los automovilistas por ir lento con el carro o que la gente lo mirara mal por su trabajo.
Pero los prejuicios de la calle también están en las redes y como todo aquel que elije compartir algo de su vida en ellas, Alejandro fue víctima de los haters.
“Los primeros días sentía mucha emoción porque encontrábamos muchísimas cosas en la basura y nos las llevábamos a nuestras casas. Después íbamos cayendo en la realidad. Pero contar lo que íbamos haciendo en Tik Tok me motivaba. Sin embargo, cuando subía los videos me bajoneaba un poco los comentarios de la gente que me decían que las cosas que encontraba me las robé o me decían que no estudiaba, o cosas así. Por eso después subí un video contando que estudiaba programación y que juntaba cartón para tener más tiempo para estar con mi familia y poder estudiar”, explicó.
Mientras trabajaba en la metalúrgica, Alejandro poco a poco comenzó a incursionar en el mundo del desarrollo web. En sus tiempos libres miraba videos de YouTube donde aprendía algunos lenguajes de la programación. De esta manera, comenzó vendiendo a través de las redes sociales páginas web para pequeños emprendimientos. Sin embargo, no alcanzaba para poder solventar los gastos de su casa.
Durante diez años pasó trabajando como obrero en distintas fábricas, pero Alejandro no pensaba en estudiar alguna carrera. Pero tras formar una familia, ser autodidacta en el mundo del desarrollo web y gracias al apoyo de su pareja, tomó la decisión de estudiar una carrera universitaria, la Licenciatura en Gestión de Tecnologías de la Información en la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ).
Gracias a la viralización de sus videos y a las distintas notas que le realizaron los medios de comunicación, Alejandro tuvo varias entrevistas de trabajo y pudo conseguir uno en una empresa de tecnología.
“Me encanta ver la forma en que se trabaja y todas las posibilidades que tiene para poder crear y desarrollarte profesionalmente. Lo que vale es tu conocimiento y ya no tu fuerza física. Eran cosas que yo no conocía y para mí fue muy sorprendente. Pensé estudiar otras cosas como carpintería o herrería, más por la salida laboral que por mis gustos personales”, sostuvo.
“Yo siempre dije que iba a tener trabajo de cualquier cosa, porque si tenía que salir a juntar cartón para poder sostener a mi familia lo iba a ser. Yo trabajé en pizzerías, de albañil, de carpintero, en una metalúrgica, de todo. Juntar cartones es un trabajo más, solo que está muy estigmatizado”, agregó.
A pesar de su enorme progreso profesional, Alejandro siento algo de culpa, ya que las personas que trabajaron alguna vez junto a él como cartonero, incluso su propio hermano que continúa en el rubro, aún no tienen la posibilidad de tener una entrevista de trabajo.
“También pienso en los chicos que trabajan de desarrolladores, y saben incluso más que yo, y les cuesta conseguir laburo. Yo tuve la suerte de compartir mis videos, salir a juntar cartón y lo conseguirlo”, remarcó.
“Siempre pienso que tuve la suerte de que la viralización hiciera que se me escuchara y de que mi conocimiento pueda ser visto por una empresa. Mucha gente me ayudó a lograrlo, hasta de otros países. Estoy muy contento por eso. Mis proyectos actualmente son seguir trabajando en esta empresa pero sobre todo seguir estudiando y poder terminar la carrera, es mi gran sueño”, cerró.
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