Algunas opiniones y publicaciones vertidas a “la ligera” generaron preocupación por la real situación que está atravesando el buque museo Ara Irigoyen, amarrado sobre las costas sampedrinas desde hace 10 años.
Lo cierto es que las autoridades locales y el propio personal de la Armada Argentina que trabaja en el lugar desde el pasado jueves, aseguraron que es imposible que el barco se hunda o quede a la deriva, como por allí se dijo.
La Armada destacó en el lugar al buque multipropósito ARA Ciudad de Rosario, bajo las órdenes del capitán de fragata Ariel Fernando Gómez Mombello, para que realice las tareas que sean necesarias.
La real situación es que debido a la pronunciada bajante del Paraná el barco quedó apoyado en el lecho del riacho San Pedro y la fuerza que ejerció hacia su lateral izquierdo provocó que se corten las amarras de popa y estribor y la nave se incline peligrosamente sin poder evitar que el agua comience a penetrar por la sala de máquinas.
La Armada Argentina, destinó un total de 50 hombre pertenecientes a la Base Naval Zárate y la Base Naval Puerto Gral. Belgrano, quienes en forma rotativa no descansan para hacer el relevamiento necesario y efectuar la reparación que sea necesaria para evitar que el agua siga ingresando al barco.
En la revisión los marinos pudieron advertir que personas desconocidas, vaya a saber cuándo, vandalizaron el barco y se llevaron unos elementos de bronce que a la vez impedían que el agua ingresara al interior del barco.
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