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La trama que involucra a tres rosarinos en ejecución mafiosa bonaerense

Es el padre de Lichi Romero, líder de una banda de Nuevo Alberdi, quien con un joven fueron imputados por tener en su poder un auto usado hace tres semanas por los homicidas del chofer del candidato a ocupar la titularidad del gremio Uatre, asesinato cometido en Colón, Buenos Aires.

La ejecución a sangre fría de Mauricio Cordara, el chofer del ex diputado nacional de la provincia de Buenos Aires y postulante a conducir el gremio de Estibadores y Peones Rurales (Uatre), cometida el 18 de noviembre en la localidad bonaerense de Colón, dejó tres detenidos en Rosario.

Los dos hombres y una mujer tenían en su poder el Fiat Palio rojo robado que llevó a los asesinos. De la investigación se conoció que ese vehículo fue sustraído en el conurbano, también que estuvo antes y después del asesinato en la ciudad.

Uno de los apresados es Ramón “Monchi” Vallejos, padre de Hernán “Lichi” Romero, un peso pesado de Nuevo Alberdi que purga condena desde 2020 a 7 años y 4 meses como jefe de una asociación ilícita dedicada a asaltos.

Los demás detenidos son un hombre y su hermana, quienes también estuvieron en contacto con el auto buscado por la Justicia bonaerense.

Pablo Ansaloni, de 51 años, fue diputado nacional por la provincia de Buenos Aires entre 2017 y 2021. Ahora es el actual vicepresidente de la obra social del sindicato del Personal Rural de la República Argentina (Osprera), y es candidato a secretario general para las elecciones en el gremio que condujo con mano de hierro hasta 2017 el ya fallecido Gerónimo “Momo” Venegas, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), con fecha del 21 de diciembre próximo.

El viernes 18 de noviembre pasado alrededor de las 17, su chofer Mauricio Cordara, de 45 años, buscó a sus hijos del colegio en un Volkswagen Vento y los llevó a la vivienda en calle 20 entre 43 y 44 de la localidad bonaerense de Colón.

Los chicos bajaron y Cordara abrió el baúl para bajar las mochilas. En ese momento, un atacante joven con visera y remera celeste lo sorprendió y gatilló nueve veces. Cordara recibió siete balazos y murió casi en el acto.

El tirador huyó a la carrera y de la investigación surgió que se subió a un Fiat Palio color rojo con otros dos ocupantes que lo sacaron de la escena del crimen.

La pesquisa no tardó en enfocarse en una feroz interna gremial de Uatre/Osprera que tiene su origen tras la muerte por coronavirus en octubre de 2020 de Ramón Ayala, quien ocupó el máximo cargo del sindicato y la obra social de los trabajadores rurales tras el deceso del histórico Momo Venegas.

El actual número uno de Uatre es José Voytenco, quien va por la reelección contra la lista de Ansaloni y días atrás señaló: “La interna gremial no tiene nada que ver con el crimen”. Ansaloni fue originalmente macrista y luego se recostó en el massismo. Voytenco forma parte del Frente de Todos a través de la CGT. Ambos integran el Partido FE, que abandonó Juntos por el Cambio tras la derrota electoral de 2019.

Otro dato que dirige la hipótesis en ese sentido fue que Ansaloni tenía la costumbre de ir a buscar a sus hijos al colegio por lo que no descartan que los disparos estuvieron dirigidos hacia él.

La causa se caratuló como “homicidio agravado por ensañamiento y alevosía” y quedó a cargo de la fiscal de la localidad de Colón Magdalena Brandt, quien a la vez no descarta otra hipótesis: el vínculo entre Cordara y la esposa de “un jerarca de la Policía santafesina, de iniciales L.C.”, relación acreditada a partir del teléfono celular de la víctima, según publicó Canal Web San Pedro.

Antes y después del crimen en Rosario
Con el correr de los días, el personal del Departamento de Investigación de Colón (DDI) identificó que el auto rojo que sacó al homicida de la escena fue un Fiat Palio dominio colocado AB 938.

El Fiat tenía denuncia por haber sido robado a punta de pistola el 28 de agosto pasado en La Tablada de provincia de Buenos Aires mientras que las patentes pertenecían a otro Palio, cuya titular denunció que se las sustrajeron el 30 de agosto en la localidad bonaerense de Monte Grande.

El seguimiento de las cámaras de seguridad llevó a los investigadores hasta Rosario. A las 48 horas, la fiscal Brandt pidió la colaboración a su par rosarino Matías Edery, de la Agencia de Crimen Organizado y Delitos Complejos, para dar con el Palio.

Edery encomendó la tarea a los detectives del Departamento de Inteligencia de Rosario de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), quienes determinaron que el Fiat estaba guardado en una cochera de México al 900 bis, que había sido conducido primero por Blas Sosa, de 30 años, y luego por Monchi Vallejos.

Así las cosas, este lunes el 28 de noviembre y con los indicios recolectados, el fiscal Edery solicitó allanamientos a esa cochera, a la casa de Sosa, de pasaje 1476 y Shork, en la vivienda de Monchi Vallejos en la histórica cortada Luzarriaga al 3900 y también, por las dudas, a la celda de Lichi en la Unidad Penal 11 de Piñero, los cuales fueron autorizados por la magistrada Melania Carrara.

A Monchi Vallejos, de 59 años, lo detuvieron primero. Lo atraparon en el Fiat Palio cuando estacionó en la estación de servicio de Baigorria y la colectora de avenida Circunvalación, cerca de la ruta 34.

En simultáneo, los pesquisas de la DDI de Colón y de la AIC allanaron las otras direcciones. En la cochera encontraron una Peugeot Partner también robada que había sido dejada por Sosa, quien fue detenido en su vivienda.

Tras esos operativos, se conoció que el Palio estuvo guardado en esa cochera antes del crimen, desde el 31 de octubre hasta los primeros días de noviembre, cuando dos hombres, que se presentaron a nombre de Sosa, se lo llevaron.

 

La imputación y la tercera detenida 

Monchi Vallejos tuvo sus antecedentes penales y, aunque ninguno resaltó –la última condena fue en 2020 a tres años de cárcel por una participación secundaria en la tentativa de homicidio de tres personas cometida en 2018 en barrio El Churrasco–, no es un improvisado en el mundo del hampa, lo que hace sospechar a los pesquisas que adquirió el auto a sabiendas de que era robado, pero tal vez no estaba enterado de que lo habían utilizado para cometer la ejecución en el marco de una interna sindical bonaerense.

Este jueves, Sosa y Vallejos fueron imputados por el fiscal Edery como autores de los delitos encubrimiento agravado por ánimo de lucro por el Fiat Palio y por las patentes. Al menor de los acusados se le sumó un tercer hecho de encubrimiento por la Partner robada hallada en la cochera de calle México, de la zona noroeste.

El juez Héctor Núñez Cartelle admitió la acusación de la Fiscalía y les dictó la prisión preventiva por 90 días.

Las réplicas de esta investigación continuaron este jueves por la noche, cuando apresaron a Fátima Sosa, de 32 años y hermana de Blas, en su casa lindera a la cochera de calle México al 900 bis.

La mujer quedó incomunicada hasta la audiencia imputativa donde se conocerá su situación procesal, informaron voceros relacionados al caso.

 

El mercado ilegal de autos robados 

Del seguimiento del Fiat Palio robado surgen algunos interrogantes sobre la conexión entre organizaciones criminales dedicadas al robo de autos como a los homicidios por encargo: es que el Palio fue sustraído en La Tablada y le pusieron patentes robadas a 24 kilómetros en Monte Grande.

Luego el vehículo fue trasladado 327 kilómetros hasta Rosario para luego hacer 150 kilómetros hasta Colón, Buenos Aires, para después regresar a nuestra ciudad.

¿Cuál es el nexo, hay una ruta establecida en el mercado ilegal de autos y repuestos robados, hay una banda que detenta todos estos movimientos? Son algunas de las preguntas que aún no tienen respuestas.

 

 

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