“Les damos a los chiquitos de 3, 4 años chizitos, palitos, papitas y gaseosas. Todo esto es azúcar, grasa, almidón y fructosa, un azúcar que no se puede digerir y no da sensación de saciedad. Uno toma un plato con glucosa y llega un momento en que vomita si quiere tomar más. Si come fructosa, no atraviesa la barrera hematoencefálica, eso quiere decir que nunca se tiene saciedad. Entonces el hígado convierte eso en grasa y más grasa que se guarda en la cola, la papada, las coronarias. La fructosa en gaseosas parece un adelanto de la tecnología pero termina matando”, enfatizó el médico.
Luego subrayó: “La industria no industrializa los productos, industrializa la ignorancia de la gente. Por eso festejar un cumpleaños con chizitos, palitas, papitas y gaseosas es criminal, lo tengo que decir con todas las letras. Uno come la porquería hoy y no muere mañana sino a los 40 años obeso, hipertenso, diabético, con síndrome metabólico y un pie amputado. Esto es de locos y transcurre como si nada pasara”.
“Me ha tocado ver las enfermedades que producen estos alimentos y no puedo decir que hagan lo que quieran. Digo todo lo que conozco, y que Dios los ilumine, no me puedo morir sin decirles el veneno que están comiendo. Que me hagan caso o no ya no depende de mí”, agregó Cueto Rúa y culminó con una especie de diálogo con padres: “Me dirán ‘¿qué quiere, que no festeje el cumpleaños?’… Festéjelo, pero sepa que es un cumpleaños criminal”.
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