Muchos tutores de gatos suelen afirmar que solo les falta hablar, y aunque carezcan de habla como tal y como la entendemos los seres humanos, tienen muchas y variadas formas de comunicarse, entre otras, el lenguaje corporal.
Quien convive con un gato lo sabe muy bien: usan el maullido para llamar la atención de su tutor, tratando de lograr algo en concreto adelantándose a situaciones de necesidad que para el mundo gato puede ser algo tan simple como que se abra la puerta de la heladera y lleguemos a la comida.
Comprender lo que un gato pretende decir resulta casi obligatorio para cada tutor responsable. La gama de posibilidades va desde saludar hasta pedir ayuda, cada maullido tiene un significado diferente. No siempre es fácil identificar la intención, pero cada tutor puede llegar a construir un lenguaje propio de cada uno de sus gatos, dentro del “idioma” general.
Por ejemplo, un maullido corto y suave significa un saludo amistoso. Algo así como que el gato se alegra de ver a su tutor o de que esté cerca. Se podría traducir como un saludo humano.
De esta forma, suelen manifestarse cuando están ansiosos o emocionados por alguna causa o cuando están esperando algo, como por ejemplo a la hora de comer. También que hay que prestar especial atención si sus maullidos son agudos y fuertes, ya que podrían indicar que el gato esté experimentando dolor, estrés o miedo.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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