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Cómo es el trabajo con los niños con discapacidad en pandemia

A las personas con discapacidades, la emergencia sanitaria por el coronavirus les implica no solamente el cese de sus actividades habituales sino también de las terapias que recibe, atento a que no pueden asistir a los consultorios ni tampoco los terapeutas pueden concurrir a las casas de los pacientes

La situación es completamente nueva para todos. El confinamiento obligó a la adaptación a una rutina muy distinta a la habitual.

Sin embargo, hay un sector de la comunidad vulnerable a quienes la emergencia sanitaria le genera más inconvenientes que a otros personas.

PRIMERA PLANA dialogo con las directoras de diferentes espacios que trabajan con discapacitados  para conocer en primera persona cómo es la tarea en la ciudad.

Sonia Deville, de Aiken Espacio Terapéutico, explicó que “hicimos una evolución de todos los pacientes que tenemos. Hablamos con las familias y vimos cuales son las terapias que necesita si o si presencial ya que el resto de las terapias la hacen de manera virtual.

“Los chicos realizan varias terapias dentro del espacio. Estamos haciendo de manera presencial las que más necesitan”, señaló.

También añadió que “para las terapias de manera virtual se les envía a la familia una actividad, que puede ser a través de un video, impresa o por la vía que la familia disponga. Se envían cuentos, canciones, trabajos y después lo que se hace es una videollamada con la familia donde cuentan como realizaron la actividad, si tuvieron alguna dificultad y que finalmente nos den una devolución de como trabajaron. A su vez les solicitamos que nos manden fotos o videos para saber de qué manera la realizaron”, detalló a PRIMERA PLANA.

Deville dijo que las tareas de manera recreativa, que son los talleres, “se vienen haciendo desde el primer día de aislamiento social. Todos los días los chicos tienen un taller virtual, se dan lo mismo que tenían de manera presencial como ser cocina, artesanía, música, educación física”.

Por su lado, Silvina Melgin, directora del Colegio Santa Clara, dio precisiones de cómo trabajan en el establecimiento para chicos con autismo: “La continuidad pedagógica la iniciamos en el mes de marzo, cuando se dio inicio al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. A partir de ahí, al principio estuvimos un poco desorganizados ya que desde la escuela no sabíamos con qué recursos contaba cada familia en su casa para poder recibir y realizar las propuestas.

“Primero tuvimos que ponernos entre todos en ver la situación de cada familia, que tiempos contaban para poder trabajar y a partir de ahí, nos empezamos a organizar de diferentes maneras según los grupos y cada familia”.

La docente indicó que “la complicación surgió porque muchos en sus casa no tenían computadoras e impresoras y trabajar con un niño con autismo desde un celular, es complicado ya que trabajamos mucho con imágenes, sonidos y videos.  A esas familias lo que hicimos fue acercarles a sus casas el material con las actividades.

“Tenemos 60 alumnos, que reciben semanalmente las actividades entregadas por los docentes. Los días lunes se les envían las actividades para toda la semana”, agregó.

Melgin sostuvo que “la respuesta de las familias, al principio, fue buena”, pero de a poco “fue decayendo. Se trata siempre de motivar a las familias y mantener el vínculo para saber que necesidades tiene y que obstáculos y ver desde que lugar podemos ayudarlos desde la escuela”.

Los chicos que concurren a la escuela son de jardín, primaria y centro de formación integral. A su vez están los grupos de alumnos que poseen propuestas de inclusión en diferentes jardines y escuelas.

Los maestros de apoyo a la inclusión toman contacto semanalmente con los docentes de los establecimientos para que les envíen las actividades y ellos realizan las adaptaciones, las configuraciones de apoyo y les acercan las actividades a las familias. “Hay muy buena respuesta por partes de las familias”, remarcó a PRIMERA PLANA.

Los maestros con sus alumnos tienen organizados días y horarios en que se comunican con las familias y los chicos a través de videollamadas. Una actividad que se repite cada dos semanas.

En tanto, Mónica Bañuls, directora del Centro de Día Esperanza, le contó a PRIMERA PLANA que al momento de decretarse la emergencia sanitaria “suspendimos las actividades presenciales y comenzamos a comunicarnos de manera virtual con los chicos, dependiendo el grupo”.

En el Centro cuentan con chicos con discapacidad motriz e intelectual severa. “Cada una de las profesionales tienen distintos grupos y se trata de mantener la comunicación con todos, también con el ámbito familiar de acuerdo a la familia. Algunas aceptaron la propuestas que les hicimos y otras prefirieron el aislamiento y solamente la sugerencia y atención kinesiológica presencial. Todos los chicos han sido atendidos”, dijo.

Cuando en junio se emitió el decreto por el cuál se podían brindar terapias individuales a los chicos, comenzaron a hacerlo de manera presencial y aleatoria. Y como no pueden usar su propio transporte, los padres se encargan del traslado.

A raíz del brote de casos que actualmente se desató en nuestra ciudad tuvieron que suspender algunas actividades y solamente atienden a quienes más necesitan terapia, mientras que el resto realiza tareas de manera virtual.

El Centro de Día Esperanza impulsó, al igual que el año pasado, la campaña de socios colaboradores. “Nosotros solamente dependemos de una sola obra social, que es IOMA”.                                                          

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