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El botón rojo del sexo: ¿de dónde provienen las ganas del hombre?

Una enzima provoca una reacción en cadena en el cerebro. La testosterona se convierte en estrógeno e impulsa el deseo sexual. La prueba biomédica se hizo en ratones machos.

Investigadores identificaron el gen que regula la libido masculina. El hallazgo abre la puerta a nuevos tratamientos tanto para los hombres que experimentan una falta de deseo sexual como para los que son hiperactivos.

En el detalle publicado el 10 de septiembre en la revista Endocrinology, los autores del estudio afirman que la clave de la excitación sexual masculina está en la conversión de testosterona a estrógeno en el cerebro causada por la enzima llamada aromatasa.

El trabajo que se realizó la escuela de medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en los Estados Unidos, muestra como la aromatasa (CYP19A1) desencadena una reacción en cadena en el cerebro.

"Este es el primer hallazgo clave para explicar cómo la testosterona estimula el deseo sexual”, declaró el autor senior Seder Bulun en un comunicado de prensa.

“Por primera vez, demostramos de manera concluyente que la conversión de testosterona a estrógeno en el cerebro es fundamental para mantener la actividad sexual completa o el deseo en los hombres. La aromatasa impulsa eso”, señaló.

Cómo llegaron a la conclusión

Los investigadores crearon dos líneas de ratones modificados genéticamente, una de las cuales carecía completamente del gen Cyp19a1 y por lo tanto no tenía aromatasa ni en el cerebro ni en los testículos, mientras que la otra carecía de este gen sólo en su tejido cerebral.

Cuando se colocan en jaulas con hembras ovuladoras, los machos sin aromatasa no hicieron ningún intento de apareamiento en absoluto. Mientras tanto, aquellos que carecían de aromatasa sólo en sus cerebros trataron de montar a las hembras aproximadamente la mitad de lo que lo harían los ratones machos regulares. Este hallazgo sugiere que la conversión de testosterona a estrógeno en el cerebro juega un papel en la regulación del deseo sexual.

“Sin aromatasa, los ratones machos perdieron parcialmente interés en el sexo”, indicó Hong Zhao, coautor de la investigación. “La aromatasa es la enzima clave para la producción de estrógenos. El estrógeno tiene funciones en hombres y mujeres. La testosterona tiene que ser convertida en estrógeno para impulsar el deseo sexual en los hombres”, detalló.

El siguiente paso para los científicos es ver si pueden desarrollar inhibidores y activadores de aromatasa específicos del cerebro y luego llevar a cabo ensayos clínicos para establecer si estas farmacoterapias tienen el mismo efecto en el deseo sexual tanto en ratones como en hombres.

Para qué sirve este estudio

Según los autores, estos hallazgos de investigación podrían tener impacto para los hombres con trastorno del deseo sexual hipoactivo masculino o, por otro lado, hombres con hipersexualidad que pueden tener un trastorno del deseo sexual compulsivo.

Un ejemplo hipotético sería que al aumentar la actividad del gen de la aromatasa, se podría desencadenar una reacción en cadena que aumente el apetito sexual de los hombres mayores con bajo deseo sexual. Por el contrario, inhibir la aromatasa podría ser una intervención dirigida que frena el comportamiento sexualmente compulsivo en hombres que se autoidentifican como llamados “adictos al sexo”.

Si bien ya existen fármacos para regular el deseo sexual masculino, todos van dirigidos a los testículos y pueden generar numerosos efectos secundarios. En cambio, si éstos solo fueran dirigidos al papel de la aromatasa en el cerebro, sin alterar sus efectos en los testículos, se podrían obtener resultados igualmente eficientes y mucho más seguros.

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