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La agroindustria pide que se la valore como una cadena que genera arraigo, divisas genuinas y empleo en todo el país

Un referente económico de la mesa de enlace opina que “la Argentina necesita crecer al menos 4 puntos de PBI, con US$7000 millones adicionales de ingreso e inversión en el país, y las únicas que pueden generarlos son las materias primas que surgen en el campo”.

Tras el resultado de las PASO, y pasada la sensación de euforia inicial en algunos sectores enfrentados a las medidas tomadas por el Gobierno con el sector agropecuario, la inmensa mayoría de los productores argentinos sintió una “bocanada de aire fresco”.

El resultado invita a pensar racionalmente en un cambio de rumbo con respecto al sector, en un reajuste virtuoso de aquellas medidas que se tomaron inconsultas, sin el aporte de los actores de las distintas cadenas agroindustriales, como la restricción a la exportación de carne, que no solo no logró el efecto buscado (bajar el precio del alimento en las góndolas) sino que generó consecuencias adversas en el mediano plazo.

En las decisiones políticas primó la mirada electoralista que confundió los síntomas con el problema. Esta “bocanada de aire fresco”, o mejor dicho este cachetazo para la gestión actual, si bien da esperanzas de revisión, también genera prudencia en un sector que en casi dos años de gestión ha recibido un cúmulo de destratos, muchas veces amplificados simplemente por su forma.

Una nueva oportunidad

De aquí al domingo 14 de noviembre, día de las elecciones generales, la prudencia será una condición excluyente para la administración de Alberto Fernández, en un nuevo escenario con dos años restantes de gestión.

El cambio debe ser profundo: hay que salir de las decisiones de la coyuntura para tomar decisiones estructurales, sobre todo en lo que respecta al sector productivo del campo argentino: las cadenas agroindustriales solo necesitan un horizonte para poder expresar su máximo potencial.

La política es gestual, señor Presidente, y el campo espera un gesto, espera que dejen de mirarlo solamente como una caja dónde recurrir en esta emergencia constante que vive nuestra economía década tras década, que dejen de mirarlo con una mirada conurbanizada. El sector agroindustrial necesita que se lo valore como una cadena que genera arraigo, divisas genuinas y empleo en todo el país.

La Argentina necesita imperiosamente crecer al menos 4 puntos de PBI para poder empezar a salir de la emergencia económica y ese crecimiento implica la necesidad de US$7000 millones adicionales de ingreso e inversión en el país. Las únicas cadenas productivas de todo el perfil exportador que pueden generarlo a través de sus ventas al mundo son las agroexportadoras, cuya materia prima nace en el campo.

La política todavía está a tiempo de disipar incertidumbres, generar estímulos correctos de cara a la campaña gruesa e impulsar los planteos de alta inversión productiva del sector más dinámico y competitivo del país.

El autor es Ingeniero Agrónomo, a cargo del Departamento Económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

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