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La historia del entrenador pergaminense en las NBA Basketball School de Australia

Luciano Calabresi compartió el hecho de haber sido parte de uno de los programas de la mejor liga del mundo para desarrollar el básquet.

La NBA aplica planes en todo el mundo para que el básquet tenga un desarrollo global. Por ello, uno de sus grandes programas es la NBA Basketball School. Como expresan, su misión es inspirar, conectar y empoderar a los jóvenes de Australia a través del poder del básquet.

La filosofía de la NBA Basketball School Australia es compartir el juego de baloncesto con atletas jóvenes enseñándoles habilidades, valores y bienestar en un ambiente positivo, divertido y seguro. Tiene como objetivo fortalecer la cultura del baloncesto juvenil y enseñar lecciones de vida para inspirar, conectar y capacitar a los atletas jóvenes para que triunfen dentro y fuera de la cancha.

Y hay dos entrenadores argentinos que tuvieron el privilegio de trabajar en la sede de Australia, que se divide en dos sedes, una en Sidney y otra en Newcastle, junto con otros colegas que son parte del staff y provienen de todas partes del mundo.

 

De Pergamino para el mundo NBA

Luciano Calabresi es un caso diferente, ya que a diferencia de Bergero, se encontraba ya en Australia: “La llegada fue con un poco de suerte para mí, ya que yo me encontraba en Australia viajando y trabajando, y el director técnico de la Escuela (Nico Loureiro) estaba necesitando entrenadores. Él se enteró de que yo estaba viviendo ahí y me contactó para ofrecerme el trabajo”.

A este entrenador oriundo de Pergamino le tocó trabajar en la sede de Newcastle, la más nueva, y contó cómo es por dentro: “Se inauguró en septiembre de 2023 con dos camps de entrenamiento y están próximos a inaugurar unas instalaciones increíbles, con todo lo necesario para desarrollar un programa de altísimo nivel: sala de pesas, dos canchas, pantallas, aros adaptables a las reglas de cada edad. Al ser un programa NBA, están a disposición pelotas, materiales y equipamiento oficial, como también la vestimenta de jugadores y entrenadores para cada entrenamiento. Además, hay muchas personas trabajando en diferentes áreas para que los entrenadores podamos desarrollarnos de la mejor manera y los jugadores puedan tener estímulos que los ayuden a mejorarse dentro de la cancha y en lo personal. Personalmente, creo que eso permite poner el foco en la tarea y facilita el trabajo del entrenador”.

En este sentido, la experiencia fue sumamente superadora para Calabresi, que ya tenía en su mochila vivencias por otras partes del mundo: “La experiencia fue super positiva. Hace un tiempo que busco que los desafíos laborales vengan acompañados de otros personales, y llevarme más aún de la experiencia. Eso me llevó a trabajar en China, en Italia y a este último paso por Australia. Porque a la chance de trabajar en un programa de calidad, se le suma el intercambio cultural con chicos, chicas y familias que llegan de todas partes de Australia y otras partes del mundo para ser parte de los entrenamientos. Además, se puede llevar nuestra impronta como entrenadores argentinos a otro contexto y en un idioma diferente, y eso lo hace aún más satisfactorio”.

 Desde lo que es la forma de trabajo, contó que “buscamos intenta crear un entorno de aprendizaje en el cual los chicos participan de entrenamientos con un nivel de exigencia mayor, sin olvidarse de las edades y niveles de cada uno. Es fundamental que todos puedan llevarse algo positivo de la experiencia en la escuela. Propusimos entrenamientos intensos, teniendo contacto con la pelota la mayor parte del tiempo para favorecer la incorporación de la técnica, la toma de decisiones y algunos conceptos de juego, sin olvidarnos de la parte lúdica y divertida de jugar al básquet”.

Para el futuro contó que “haber participado de la NBA School es un paso muy grande en mi carrera, y me impulsa a seguir creciendo y aprendiendo. Me llevo como positivo el trabajo en equipo que llevamos a cabo con Mariano (Cerutti, director de la escuela en Newcastle) y Nico, que me dieron su confianza y la libertad para ejecutar mi forma de trabajo, y de quienes aprendí de sus experiencias y maneras de trabajar”.

Al igual que Bergero, el oriundo de Pergamino ahondó en lo que es el día a día para los jóvenes: “Hay dos momentos bien marcados en la escuela. Durante los "term" (época de clases), los chicos entrenan una hora por día, entre una y tres veces por semana. En ese momento las clases son después del horario escolar, generalmente por la tarde, y durante la mañana en fines de semana. En las vacaciones, tenemos los "holiday camps" que se realizan 5 días a la semana, 6 horas por día. Los chicos y sus familias eligen la cantidad de estímulos semanales que quieren y en un día de camp pueden trabajar aspectos físicos, técnicos y tácticos, divididos en bloques por edad y nivel. Además, cada día hay una charla interactiva con una temática diferente y una parte de "team building", además de los respectivos break de hidratación y comidas”.

Pero también las particularidades que significa para los entrenadores: “Durante el term, planificamos los contenidos en conjunto para poder exprimir al máximo el tiempo que tenemos con los chicos y darles la mayor cantidad y calidad de contenido durante el tiempo que dura el term. Cuando llegan los camps, tenemos reuniones previas para dividirnos las tareas y poder sostener la intensidad de la semana de la mejor forma posible. Al final del día, la satisfacción está en ver el progreso de los chicos y saber que están pasando un buen momento”.

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