Pedro Aznar brindó un espectáculo en honor a Don Atahualpa Yupanqui en su pueblo natal, durante la tarde-noche del sábado, ocasión en la que participaron varios artistas como Cecilia Pahl y Matías Arriazu, junto a destacados grupos como Los 4 de Salta, Los Pampa, Luciano Cañete y Donata.
La danza estuvo a cargo del Cuerpo Municipal, el ballet el Rejunte y el Espacio de Arte Popular El Candil.
La propuesta comenzó con el descubrimiento de una placa alusiva que se colocó en la Delegación de J. A. de la Peña y luego continuó en el escenario principal con el despliegue del Cuerpo Municipal de Danzas y su cuadro Yupanquiano. Pero el evento presentó serios inconvenientes en el suministro eléctrico que opacaron lo que se presentaba como la gran fiesta yupanquiana, donde reinó el buen clima, con un cielo estrellado.
Cuando llegó definitivamente la noche, las luces que iluminaban el predio y el escenario, comenzaron a fallar, situación que perjudicó a los puestos de artesanos y gastronómicos, que rodeaban el sector donde estaba ubicado el escenario, dado que prácticamente a oscuras e iluminándose con los celulares y linternas, no podían ofrecer sus productos al público.
No obstante, la organización, junto a personal de la Cooperativa Eléctrica, multiplicó esfuerzos para resolver el problema que, por momentos, parecía no tener solución y se temía que peligrara la presentación de Aznar, ante un público presente en gran número.
En simultáneo, mientras la electricidad lo permitía, se iban presentando los artistas que precedían a Aznar, hasta que el problema se agravó y no se pudo seguir con la programación prevista para la noche y parte de la madrugada del domingo.
Tras varios minutos de espera y con la llegada de un grupo electrógeno, subieron al escenario los conductores Daniela Polola y Carlos Céccoli para anunciar la continuidad del espectáculo con la participación del Espacio de Arte Popular El Candil y posteriormente el Dúo Matías Arriazu-Cecilia Pahl.
Por último, llegó la esperada presentación de Pedro Aznar, quien solo con su guitarra le puso su impronta a un puñado de clásicas canciones de Atahualpa Yupanqui.
El intérprete y multiinstrumentista de gran prestigio, según los asistentes, tuvo poca comunicación con el público, se despidió con una zamba y un aire de vidala, dos poemas de Yupanqui, musicalizados por él, lo cual no colmó las expectativas de varios concurrentes al evento que consideraron que el espectáculo del músico tuvo sabor a poco.
Luego se despidió y la noche continuó con sorteos y la presentación de otros artistas locales, aunque gran parte del público abandonó rápidamente el predio.
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