Una larga sequía que asolaba no sólo al sector agrícola y ganadero de nuestro país sino al resto de la población, finalmente llegó a su fin.
En el día viernes (por ayer), gran parte de nuestra área recibió la tan anhelada lluvia que regó los cultivos y parcialmente apagó la necesidad de los ríos y arroyos de nuevo ser cubiertos por el líquido elemento por los más de 50 milímetros de promedio que cayeron en la zona.
Sin embargo, lo que pareció ser una bendición terminó siendo un dolor de cabeza para algunos ciudadanos pergaminenses, ya que muchas de las calles se volvieron intransitables.
Algunos sectores de la ciudad sufrieron inundaciones y varias familias enteras, algunos muy numerosos, debieron evacuarse.
Ángela, vecina del barrio Jorge Newbery, uno de los más afectados por las inundaciones dijo a PRIMERA PLANA : “Cada vez que llueve es la misma situación. Estamos cansados de que nadie nos de respuestas, no puede ser que llovieron dos gotas y perdamos todo”.
Carolina una ex vecina del barrio agregó: “Siempre lo mismo. Viví 28 años en el barrio, cada vez que llovía era llorar y mirar el arroyo esperando no inundarnos”
“El mantenimiento de alcantarillas, luego de tantos meses de falta de lluvias, no de haber hecho” , manifestó Rosario del centro de la ciudad.
Mientras un profesional de la medicina que debía atender a un paciente en el Barrio San José, dijo “no pude entrar, espere casi media hora en una esquina bajo lluvia, y me llamaron por mi celular que me esperaban“.
Las apostillas de una ciudad que esperaba la lluvia pero no estaba preparada desde la limpieza de sus calles y alcantarillas.
Las fuentes oficiosas hacen cargo también al mal trato que hacen los vecinos de los residuos domésticos.
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