A 8 meses del asesinato de Flaqui en Pinzón, la Justicia resolvió aceptar que el acusado realice trabajos comunitarios y donaciones a los caniles municipales, en el marco de una suspensión de juicio a prueba.
Se trata de un joven de 19 años que reside en el pueblo y el 14 de enero, a la madrugada, salió a dar una vuelta en camioneta con sus amigos, cargando un rifle de aire comprimido.
Mientras Virginia y Gabriel dormían en el interior de su casa y su perra ‘Flaqui’ descansaba en el patio delantero de la propiedad, el sujeto se bajó del vehículo, se acercó a la mascota y sin motivo alguno le disparó dos veces.
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A la mañana siguiente, cuando Virginia se fue a trabajar, se encontró con su perra muerta, que se había arrastrado hasta la puerta de entrada para pedir auxilio.
El matrimonio pensó que alguien la habría chocado, pero luego de hablar con Federico, un conocido, constataron que a ambos les había sucedido lo mismo: Sus mascotas habían sido asesinadas.
Quién manejaba la camioneta esa noche, se dirigió al día siguiente a la casa de Gabriel a contar lo que había pasado. “Me contó toda la verdad, con lujo y detalle y dijo quién había sido el que había disparado y el que había matado a la perra. Esa misma tarde nos dirigimos a la Comisaría Segunda a hacer la denuncia”, explicó Gabriel.
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Durante la investigación, no prestó declaración el acusado, porque se negó, pero sí lo hicieron los testigos que iban en la camioneta: “Agradezco infinitamente que hayan dicho la verdad, porque gracias a eso se avanzó en la causa”, señaló el hombre.
También allanaron la casa del imputado, pero no encontraron nada ya que se realizó tres semanas después del hecho.
Por su parte, los dueños Flaqui le realizaron una autopsia con un veterinario. Si bien no pudieron encontrar las balas, ya que tenía orificio de entrada y salida, el resultado se presentó a la causa para evidenciar el motivo de la muerte de la perra.
Los propietarios de la perra no conocían ni tenían ningún vínculo con el acusado, por lo tanto no saben que lo motivó a cometer este crimen.
“Pensábamos que no íbamos a llegar a ninguna solución y después de casi 8 meses recibimos la notificación en mi casa, por lo cual el acusado debe cumplir con donaciones a la Municipalidad, para caniles y hacer trabajos comunitarios”, detalló Gabriel.
El autor de los disparos también ofreció un resarcimiento económico de 2 mil pesos a los dueños de Flaqui por los daños causados. “Obviamente, lo que dijimos es 'no acepto' porque no vamos a lucrar con la muerte de mi perra. Simplemente queremos que pague por lo que hizo. Así sea un mínimo trabajo comunitario, que se ponga al servicio de los que lo necesitan, para remediar el mal que causó”, sostuvo.
Con el paso del tiempo, se enteraron que esa noche hubo más perros muertos y otros heridos. “Una persona con sus facultades mentales no sale a matar animales a la calle porque sí. Este pibe se nota que tiene problemas”.
A pesar del lamentable suceso, el matrimonio aseguró a PRIMERA PLANA que no tuvieron apoyo de parte de los vecinos del pueblo. “Solo muy pocos compartieron las publicaciones y nos dieron palabras de aliento. El resto insultó, criticó se rió y defendió a la otra parte”, indicó Gabriel.
También agregó que “la sentencia no fue justa porque no fue un accidente. Lamentablemente los animales no están vistos como seres vivos, se los cataloga como un simple perro y nada nos va a devolver a la perra ni todo el dolor que pasamos. Solo los que aman a los animales pueden entender nuestro sufrimiento, el resto no”.
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