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El trabajo y la militancia por la igualdad e inserción social de Verónica Irizar

La pergaminense reside en Rosario junto a su familia, donde cumple el rol de concejal. Su infancia, la adolescencia y los inicios del compromiso político en nuestra ciudad

Tras una importante militancia en el plano social, teniendo en cuenta a la igualdad como objetivo, la pergaminense Verónica Irizar residente en Rosario y trabaja intensamente desde su banca en el Concejo Deliberante. Es contadora pública nacional y fue candidata a intendente, siempre procurando trabajar por la inserción y la igualdad, así como con todos los temas relacionados con la justicia social.

 

- ¿Qué recuerdos tenés de tu infancia y adolescencia en Pergamino?

- Los mejores. Siempre es muy importante esa etapa de la vida donde se sientan las bases de lo que vamos a ser.

Tengo una familia hermosa que me acompañó siempre en los desafíos que elegí seguir. Toda mi familia vive en Pergamino. Mi papá falleció a principios de este año, pero mi mamá, mi hermana con su esposo y mis sobrinos, mis tías, primas, primos, también mis amigas y amigos. Con muchas de mis amigas comparto desde el jardín de infantes, con otras desde la primaria y la secundaria. Siguen siendo mi grupo de amigas, y a pesar de la distancia seguimos juntas desde hace muchos años.

Participe en distintas instituciones, en el Centro Vasco, donde mi tío fue muchos años presidente. Iba a baile, a euskera. Tengo hermosos recuerdos de ese tiempo.

Mi papá, en una época, tuvo colectivos, y recuerdo acompañarlo a relevar al chofer, en los últimos recorridos, y terminar en la Plaza de Ejercicios esperando a que mi mamá saliera de su trabajo, y merendar en el kiosco de la plaza.

Fui al Jardín de Infantes del Carmen, el del Barrio Centenario, mi barrio. También de la escuela primaria en la Escuela Nº 53 “Arturo Illia”. Ahí compartí muchos años con mis amigas y con maestras que marcaron mi vida. Luego la escuela secundaria en el Gianelli, también con nuevas amigas, y profesoras que, con sus valores, marcaron mi formación. En esta etapa comenzó la militancia social; empecé a participar en un grupo de jóvenes, e íbamos todos los viernes a ayudar a un centro comunitario, donde hacíamos la merienda a los chicos y colaborábamos con las tareas escolares.

 

- Si tuvieras que elegir 3 lugares que identificaran esos años en esta ciudad, ¿cuáles serían?

- Muy difícil elegir solo tres lugares, pero vamos a intentarlo. El primero: mi barrio, el barrio Centenario, sus calles, sus árboles, y obviamente la Escuela 53, el primer edificio, esa hermosa casa antigua, y después la escuela nueva, su patio. El Arroyo Pergamino, el terraplén: todos los domingos íbamos con mi mamá y mi hermana, a la casa de mi abuela que vivía a media cuadra y recuerdo salir a caminar. También el parque municipal, cuando era chica iba mucho a hacer picnics con mis amigas, a andar en bici también. También la Peatonal, la Avenida, donde fueron las primeras salidas cuando era adolescente.

 

- Elegiste Rosario para afincarte definitivamente ¿qué es lo que te gusta de esa ciudad?

- Vine a estudiar a Rosario, como muchos pergaminenses, y la ciudad me enamoró. Rosario es una ciudad grande, pero tiene una escala muy humana, donde uno termina conociéndose con mucha gente. Soy contadora pública, estudié en la facultad de Ciencias Económicas de la UNR, empecé sin conocer a nadie, porque ninguna de mis amigas de Pergamino eligió esta carrera, pero rápidamente me hice de muchas amigas y amigos, que son mi familia rosarina.

Tuve varias experiencias laborales, hasta que en el ‘99 entre como pasante en la Municipalidad de Rosario. Antes sentía que me faltaba algo más, algo que tuviera que ver con mi vocación social.

A pesar de que estudie Ciencias Económicas siempre estuvo presente la vocación de ayudar al otro, de ser parte de algo más colectivo. Un amigo de la facultad me propuso esta posibilidad de ir a una entrevista para una pasantía y bueno, empecé a trabajar en la Municipalidad de Rosario, allí me acerqué más al socialismo desde un lugar, quizás más técnico, porque entré como pasante en la Secretaría de Hacienda y Economía de la ciudad, con un rol muy de contadora, trabajando en temas tributarios, en temas presupuestarios. En la época de la facultad había participado en la Agrupación Belgrano del MNR, una agrupación estudiantil del socialismo.

En ese momento, era intendente Hermes Binner, y rápidamente me atrapó el proyecto político, sentí una gran identificación con los valores del socialismo, y a pesar de que tenía un rol más técnico, poder ser parte de esta transformación que estaba haciendo Hermes Binner como Intendente, terminó de enamorarme de Rosario.

 

- ¿Cómo te acercas al socialismo santafesino y cómo llegas a un cargo electivo?

- Realmente mi militancia comenzó en 2002, año en que quedé embarazada de mi primera hija Agustina. Un embarazo un poco complicado, en ese momento todavía era pasante y no teníamos obra social. Mi esposo, que también es pergaminense, estaba haciendo sus primeros trabajos como profe de Educación Física y estaba estudiando kinesiología. Nos venía atendiendo una obstetra muy buena que, en ese momento, era directora de la Maternidad Martin, la doctora Silvia Carbognani. El embarazo empieza con algunas complicaciones y ella nos recomienda empezar a atendernos en la Maternidad Martin. Después de un par de meses, Agustina nace prematura, con solo 1,450 kilgramos y con síndrome de Down. Así que vivimos esa experiencia que muchos rosarinos vivieron, en primera persona, que fue sentir que la salud pública le salvó la vida a nuestra hija. Entender que ese proceso político de construir un sistema de salud pública que fuera universal, al que tuvieran acceso todos los ciudadanos, gratuito y que fuera de calidad y excelencia. Agustina nació en la vieja maternidad y al poco tiempo se inaugura la nueva maternidad Martín, que es una maternidad modelo que no tiene nada que envidiarle a ninguna maternidad privada, no solo de Rosario sino del país. Luego se inauguraron el nuevo Hospital de Emergencias (HECA).

Luego con Miguel Lifschitz, en el 2006, con mi segundo hijo Santiago recién nacido, ocupé mi primer cargo político asumiendo como subsecretaria de Hacienda. En el 2011 Mónica Fein, siendo la primera Intendenta mujer de la ciudad, me convoca a formar parte de su gabinete y a ser su Secretaria de Hacienda y Economía, siendo también la primera secretaria de Hacienda mujer de Rosario. Fue un gran desafío.

En 2019 tuve el gran desafío fue de ser precandidata a Intendenta por el socialismo, que fue una gran experiencia porque fue la primera vez que encabecé una elección. Existe un antes y un después de esa campaña. En 2021 fui candidata a concejal encabezado por primera vez una lista de concejales y bueno, renové mi banca. Mi desafío es aportar a la ciudad desde el Concejo, y seguir trabajando para que Rosario salga de este momento tan difícil que está atravesando, un momento de mucha violencia, que tenemos que superar y vamos a tener que cambiar muchas cosas para que la ciudad vuelva a ser esa ciudad de la cual los rosarinos nos sentíamos orgullosos.

 

- ¿Qué pensás del empoderamiento de la mujer y el logro de derechos postergados?

- El movimiento de mujeres ha sido el movimiento político más importante en Argentina de 2015 hasta acá. Se ha avanzado mucho, ese “ni una menos” de junio de 2015 permitió que las mujeres entendiéramos, que más allá de las banderas políticas, era necesario unirnos para avanzar en el logro de derechos. Quedó demostrado que cuando nos unimos logramos avanzar. Aún falta mucho porque cuando vemos la cantidad de femicidios, la violencia siguen siendo temas en los que falta mucho trabajo por delante.

 

- También trabajas para un grupo que apoya la inclusión de chicos con discapacidad ¿Cómo está ese tema?

- El tema de la discapacidad es también muy importante en términos sociales y hay que trabajar para construir sociedades igualitarias e inclusivas. Se ha avanzado mucho en estos años, pero queda muchísimo por realizar. La pandemia dejó al desnudo la necesidad de trabajar estos temas. La verdad, más allá de las personas que nacen con una discapacidad, como por ejemplo el caso de una persona con síndrome de Down, a cualquiera de nosotros nos puede pasar a lo largo de nuestra vida que, por un accidente o una enfermedad, podamos quedar con una discapacidad. Es importante lograr una inclusión plena y generar igualdad de oportunidades.

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