Cuántas palabras de amor guardarían una antología que reuniese las historias de todas las mamás. Hoy se celebra su Día y por eso, PRIMERA PLANA dialogó con Stella Maris Peluso, o más conocida como Stella Levato, mamá de Germán; Víctor Hugo, quien falleció a los 4 meses de haber nacido; José Luis, Mauricio y Diego Levato.
Historias que se escriben en la cotidianidad de cada espacio de nuestra ciudad. Todas son únicas, irrepetibles, amorosas e incondicionales. Pero la de Stella, la mamá de los ídolos contemporáneos de Douglas Haig, ofrece algunos capítulos emblemáticos de la relación madre-hijo.
“Los primeros dos nombres los eligió Roberto, mi esposo y todo estaba vinculado al futbol”, sostuvo Stella, recordando el nacimiento de sus dos primeros hijos: Germán Daniel (50), exjugador de fútbol del Club Atlético Argentino, por Onega y Víctor Hugo (48) por Marchesini. Lamentablemente Víctor Hugo falleció a los pocos meses de haber nacido.
Luego llegaron José Luis (46), exfutbolista, exbasquetbolista de primera división y actual presidente del club del barrio: Argentino. “Le puse así por un cuento que le narraba sobre el sol”. Después, Pedro Mauricio (44) y Diego Damián (41), “por un actor de una novela que me encantaba. Roberto participó en los primeros dos y después fue más por mí que por él”, admitió.
Stella recordó entre risas que siempre quiso ser madre de 6 hijos, aunque tuvieron que dejar el sexto de lado “porque cuando tuve a Diego la médica me dijo: ‘Gorda, sí querés una nena cambia de marido porque el sexo lo pone el hombre”.
Sé es mamá un día y no se deja de serlo jamás. Y todos son sus días, pero se celebra el tercer domingo de octubre aunque por momentos “éste sola físicamente, pero jamás me sentí de esa manera ya que ellos están siempre presentes”.
En muchas ocasiones se la reconoce a Stella como “la mamá de…”, sobre todo en los partidos que Douglas Haig disputa en el Estadio “Miguel Morales”. “Cuando iba a la cancha les decía que también soy la mamá de Germán y José Luis, no solamente de Mauricio y Diego. No porque sean futbolistas tienen que tener ese trato especial, por cualquier otra profesión hubiese estado orgullosa de mis hijos”, reveló.
Como madre tuvo que soportar diversos episodios de los que suelen acontecer en cualquier estadio de futbol del país. “Si maltrataban a los chicos, me enojaba”. Aunque no solo su enfado sucedía con los hinchas sino que recordó un hecho muy particular: “Me he enojado con algún directivo de ese entonces cuando Mauricio era entrenador por haberlo insultado. Todavía no me lo encontré, pero la vida nos va a cruzar y le voy a recordar ese momento”, reconoció.
La familia futbolera, en muchas oportunidades, tuvo domingos de Día de la Madre con un festejo bastante particular porque Stella no se perdía ningún partido. “Se almorzaba rápido para ir a la cancha por mas Día de la Madre que fuera. Generalmente las reuniones eran por la noche”, rememoró.
Germán, José Luis y Diego tienen la posibilidad de verla a diario y compartir tiempo con ella. Mauricio esta en España, pero ella asegura no extrañarlo. “Me propuse no hacerlo, me hace mal. Cuando se fue le dije que nunca me dijera que me extraña y yo tampoco se lo digo sino lloro”, aclaró.
Seguir a sus hijos en el fútbol, por los excapitanes y emblemas más actuales en la historia de Douglas Haig, como “Mauri” y Diego, “fue lo mejor que me pudo haber pasado: era una felicidad”, expresó con orgullo, una mamá que no está “arrepentida de nada porque no podés arrepentirte de todo lo que viviste”.
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