En el video de la nota se puede ver cómo un delincuente, que según se presume por su contextura física sería menor de edad, robó en menos de 30 segundos un kiosco en Avenida Illia, a poco metros del puente.
El hecho, registrado el jueves, específicamente en Avenida Illia al 1900, se produjo ante el desesperado pedido de ayuda de la empleada, quien corrió hacia el exterior en busca de auxilio, luego de indicarle al delincuente donde estaba el dinero que le reclamó bajo amenazas.
Con barbijo, capucha y guantes, el delincuente se dirigió hacía el mostrador, donde se encontraba la joven que lo saludó diciéndole: “hola”. Pero el ladrón le respondió: “la plata, ¿dónde está la plata?”, interrogación ante la cual la empleada le dijo “en la caja” y salío del local perturbada, al grito de “ayuda”, mientras el sujeto se apoderó de una suma de dinero que encontró en el lugar le señaló la víctima.
Los gritos de socorro de la mujer pusieron en fuga al ladrón y el pedido desesperado fue escuchado por otro comerciante cercano que acudió a ver qué le ocurría.
De acuerdo a lo que relató María, propietaria del kiosco, la empleada quedó muy conmocionada ante el hecho sufrido y fue mayor el daño psicológico con la suma de dinero sustraída.
Además afirmó que solo medió amenaza verbal hacía la mujer que trabaja en su comercio ya que el delincuente, según le pareció a la víctima, estaba armado.
Durante los minutos posteriores al hecho “justo había un vecino en la puerta porque todos los comerciantes de la zona estaban cerrados por el feriado. Nosotros no cerramos nunca. El señor del Lubricentro le pudo dar un poco de contención y por lo menos pudo encontrar a alguien que la ayude porque no sabía para donde ir”, le dijo María a Error404 de RADIO MAS (FM 106.7).
“Media hora después vino la Policía de una manera muy relajada preguntando si acá había sucedido un robo y sí había heridos y los nombres”, se quejó la dueña del kiosco, quien agregó: “primero salí a buscar, fíjate, asómate, andá al Terraplén que estamos a 30 metros”.
En ese plano, la mujer expresó su parecer respecto a la manera de actuar de la fuerza policial: “estaban paseando”.
No fue la primera vez
María reconoció que en el kiosco ya sufrieron varios robos y uno fue consumado con la réplica de un revólver.
En esa ocasión, el asalto fue sumamente violento y a partir de ese hecho decidió equipar su negocio con sistema de cámaras.
“Vamos a tener que tomar mayores medidas de seguridad de las que tenemos. Los comerciantes estamos todos indignados por este tipo de situaciones donde tenemos que solventar de nuestro bolsillo, aparte de pagarle a la Policía”, enfatizó.
“Tenemos que poner cámaras y pagar alarmas cómo para estar prevenidos y poder trabajar; es una locura”, sintetizó la dueña del comercio. Y sostuvo que “le he llegado a mandar un mensaje al intendente (Javier) Martínez, pero no obtuve respuesta”.
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