Por los frecuentes hechos de inseguridad, el Barrio Villa Alicia fue fragmentado por algunos de los propios vecinos de la zona, con el objetivo que controlar el ingreso y egreso de vehículos y mejorar la seguridad.
Desde hace aproximadamente dos meses, la calle Santos Vegas, en las intersecciones con Los Naranjos y Los Alamendros, se encuentra cerrada al paso por una cerca de madera y un alambrado que divide Villa Alicia de lo que los vecinos denominan, Barrio La Lucila.
Los habitantes de Villa Alicia, afectados por no poder circular con normalidad y tener que desviarse en sus caminos diarios, realizaron reiterados reclamos al 147, desde que éstas divisiones se instalaron.
“Vi que estaban bloqueadas las calles hace más de un mes. Me pareció raro así que llamé al 147 y me dijeron que iban a mandar un móvil para verificar. Nunca más tuve respuesta de ningún tipo, obviamente como siempre el 147”, denunció María Victoria a PRIMERA PLANA.
“Tengo un terreno del otro lado de esta zona cercada. Si pudiera pasar por esa calle, me quedaría a dos cuadras, pero tengo que dar una vuelta hasta la ruta para poder acceder, ya que me bloquean el paso. Todo esto no corresponde”, continuó.
Por su parte, los habitantes de Villa Alicia enviaron una nota a la Municipalidad de Pergamino para exigir la reapertura de las calles. También realizaron varias denuncias formales e incluso se comunicaron personalmente con autoridades del Ejecutivo. “A uno de los vecinos, los de la Municipalidad le respondieron que sí, que deberían estar abiertas las calles pero como ahí vive gente con influencias, no las abren y permiten cercarlas sin que nadie las diga nada para que lo saquen”, aseguró la mujer.
En la zona se llevaron a cabo las obras de cordón cuneta hace poco tiempo. “Estas obras las hicieron con la ochava como para doblar en la esquina porque el vecino pidió que se hagan, porque iban a pasar de largo sino y lo iban a cerrar” precisó María Victoria.
En ese sentido, se preguntó “¿Hasta cuándo la Municipalidad de Pergamino va a permitir esto?”, y remarcó que en La Lucila, “al parecer cuentan con el apoyo de personas con el poder suficiente como para que esto no se solucione. Evidentemente, algo debe haber porque si yo me pusiera a cortar la calle de mi casa, colocando un alambrado, seguramente me van a hacer sacarlo. Por algo no lo hacen”.
En el mapa catastral de Infraestructura de Datos Espaciales de la Municipalidad de Pergamino, las calles Los Naranjos y Los Almendros, figuran cortadas. “10 metros antes de la esquina se corta la calle y hay un blanco, que no se sabe qué es, porque aparte no existe. No es un espacio verde, no es un espacio público, no es un espacio cedido, nada”, remarcó María Verónica.
Mientras que, en el mapa catastral delimitado por la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), “figura que esas calles tienen que estar abiertas. Así que reglamentariamente también se avala esto que piden los vecinos”, enfatizó.
El argumento de la contraparte, según informaron, es “supuestamente cerrar todo para generar más seguridad en el barrio. Pero con ese criterio, si todos nos ponemos a hacer lo mismo con tal de tener mayor seguridad, la ciudad se vuelve intransitable. Es una locura total lo que están haciendo”.
En esta línea María Victoria hizo hincapié en que “si necesitara pasar una ambulancia, un vecino por una urgencia o los bomberos, esas calles deben estar abiertas. El que puede vivir en un barrio cerrado para así incrementar la seguridad y control de circulaciones, que se mude a un barrio cerrado y pague por esos beneficios”.
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