Algunos, quienes más cercanía y experiencia en estas lides tienen, analizaban la posibilidad de un desastre producto de la falta de lluvias en distintos puntos de país.
Los meses y cada día fueron pasando. Cada vez más los no conocedores del sector se fueron dando cuenta de la profundidad de la dificultad. Ya los medios nacionales, provinciales y locales se ocupaban más ampliamente del tema.
Empezamos a saber que la cosecha fina se había perdido y que la gruesa en un porcentaje muy importante también.
Que los campos de nuestra zona, con temperaturas de 35 o 38 grados necesitan 7 milímetros diarios para una planta sobreviva.
Allí de a poco y cada día nos convencimos que el sector agropecuario estaba en problemas, quizá el más importante de este siglo. Ya que no ha llovido.
La naturaleza, aquella a la tanto le debemos, esta vez nos castigo. El maltrato del ambiente en todo el mundo trae consecuencias.
Los regímenes de lluvia no fueron el promedio para la zona núcleo, donde se encuentra Pergamino.
El sector agrícola ganadero y sus problemas muchas veces traen controversias y opiniones muy divididas en el seno de la sociedad.
Algunos los tratan de llevarse la renta de la tierra y agrandar sus fortunas, otros defienden sus sistemas de producción a cual fuere el resultado, mas opiniones se agregan diciendo argumentos en favor y en contra.
Pero es verdad que es la principal fuente de ingresos de la Argentina, Podemos decir sin dudar que las exportaciones más importantes por rubro son del sector agropecuario.
Soy de los que considera que es un movilizador de la economía, porque de sus ingresos derivan muchas industrias y servicios que dinamizan la economía domestica. También estos productos son los que generan en su transformación, alimento interno.
La crisis que hoy enfrenta, tiene una relevancia superlativa, y no es porque las decisiones de un gobierno perjudiquen o beneficien el equilibrio económico del sector.
Es el clima, es una situación exógena a cualquier iniciativa empresarial o albedrio político.
El sector que más divisas externas produce para el país está en crisis.
Es la primera definición que debemos tomar como premisa para poder abordar los temas que de allí se desprenden.
Pergamino, que en su producto bruto interno tiene como peso fundamental al campo, tendrá problemas económicos de esta situación derivados.
Ya casi sin pasturas para los animales, con cosechas perdidas y presagio de otras futuras que se caerán el panorama es muy malo, es grave y algunos casi lo definen como catástrofe.
Los productores comienzan a sufrir más que problemas financieros, son económicos. Las perdidas aumentan y la situación se va convirtiendo en insostenible.
Aquí es donde los gobiernos deben de actuar para contener.
Las quiebras de los emprendedores, pueden salvarse con una política de crédito a largo plazo y sistemas de ejecución fiscal acorde a estos tiempos.
Puede también el gobierno nacional fijar precios sostén para algunos productos y más versiones de política económica.
La provincia de Buenos Aires, debería de ejecutar para las zonas riesgo o desastre una política de reducción de los cobros sobre impuestos a propiedades de producción o la eliminación por el tiempo que dure esta sequia.
El gobierno municipal en forma inmediata, quizá esta misma tarde, debería de suspender el cobro de la tasa vial, que fue prorrogada desde noviembre en sus pagos.
Esta medida sería ejemplificadora desde el gobierno de mayor cercanía.
Las primeras determinaciones que espera un productor, conciudadano nuestro, es que su gobierno lo apoye en los problemas.
Hay que exceptuar del pago de la tasa de red vial mediante un decreto del Intendente ad referéndum del Honorable Concejo Deliberante de Pergamino, para el periodo del año 2023., como primera señal política.
La presidente el HCD Pergamino, Gabriela Taruselli tendría que llamar en el término de 48 horas a sesión extraordinaria para debatir la catástrofe agropecuaria y aprobar el decreto enviado por el ejecutivo municipal y enriquecerlo en el debate de los representantes de los ciudadanos de Pergamino.
También debería de convocar a las entidades agropecuarias que tiene representación y representatividad en la ciudad conjuntamente con miembros del INTA, la UNNOBA, AIAMBA en conjuntos con las figuras políticas del poder legislativo, para conformar una mesa de emergencia.
Podría convocar al comité de la Cuenca Hídrica para analizar situaciones de corto y mediano plazo.
Con el poder político del lado del productor agropecuario buenas nuevas se pueden construir.
Analizar, estudiar y proyectar los próximos meses es básico.
Al gobierno municipal la excepción de la tasa que grava la red vial rural le significa menos del 5 % del presupuesto total aprobado para el 2023. Y sería la medida política con más ética para el acompañamiento de un sector que mueve volúmenes económicos tan importantes.
La creación del Consejo económico y social que Javier Martínez veto hace algunos años, hoy sería una herramienta útil para consensuar instrumentos que sirvan para esta crisis.
El error o la omiso en un gobierno puede ser normal y la reparación inmediata es sin dudas una decisión profesional e inteligente. Porque mientras el ejecutivo local observa y analiza los productores agropecuarios están en un estado de nerviosismo y ansiedad.
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