• muy nuboso
    18° 24 de Abril de 2024
ruben-albarracinjpg

Rubén Albarracín, protagonista de la intelectualidad más lúcida y prestigiosa

En su destacada trayectoria logró contribuir como artista y formador, tanto de plásticos como de actores, a distintas generaciones.

Rubén Albarracín fue el iniciador de la Escuela de Teatro de Pergamino, como uno de sus primeros alumnos, profesor y director, cuando ya ostentaba una prestigiosa actividad plástica.

En su trayectoria logró una fructífera actividad periodística, como dibujante y como dramaturgo. 

Es uno de los protagonistas de la intelectualidad más lucida y prestigiosa de la ciudad, refiriéndonos al arte en todas sus acepciones. 

Un hombre afable, cinéfilo que, como él suele decir, gusta de contar las películas que ve y las relata con la minuciosidad propia de la claridad que solo un conocedor privilegiado puede darle. 

- ¿De dónde proviene el amor por la cultura?

- Qué decir. Desde el nacimiento, los sonidos, las imágenes, todo tipo de evidencias dejan su huella. A partir de ahí, todo depende de la, digamos, arcilla de cual uno está hecho. Esta pregunta, en verdad, va más lejos de lo que yo puedo responder. ¿Habrá algún gen?

- ¿Existió influencia en el contexto familiar?

- Sí, mucha. Me tocó nacer en la confluencia de dos familias bellísimas. Desde el comienzo tuve, lo expreso de esta manera, los brazos abiertos de mis padres, abuela, tías, primas. Voy a contar una experiencia: tuve dos primas inolvidables, que una vez por año, me enviaban un paquete con la célebre revista Billiken. El tren pasaba temprano de mañana y ¡que maravilla!. Me dejaban en la cama el paquete para que yo lo abriera. Allí venían cuentos, láminas, historietas, yo comenzaba a devorar toda esa magia visual, momentos que asocio al sol, al canto de los pájaros, al campo que nos rodeaba. Eso ocurría en cercanías de Pehuajó. Y un dato más: aprendí a leer a mis 5 años, de la mano de mi abuela Rosario; qué más puedo decir. 

- ¿Cuándo surge el artista plástico Rubén Albarracín?

- Se me ocurre que las vocaciones vienen de la cuna, no las elegís, como a tantas otras “virtudes”. Te digo: tengo eso llamado “memoria visual”. Es decir, retengo para siempre imágenes que me impactan. No importa cuanto tiempo pase.

Claro que en mi época, no te compraban fácilmente lápices ni papeles, todo era más estricto. Pero yo en la primaria, llenaba de dibujos mis cuadernos. A veces, auxiliaba a compañeros negados para la plástica. A mis 10 años, pedí y logré que me enviaran a Bellas Artes local. A los doce años, hice un curso de un año para aprender figura humana por correspondencia, que era lo que se entiende por internet de esa época. Lo demás vino con el tiempo. Ser pintor era mi único objetivo.

- ¿Qué es un “collage” y cómo se realiza?

- El collage es simplemente una obra realizada por materiales no pictóricos. La obra de Antonio Berni, es un ejemplo cumbre de esa técnica. Tiene, creo, su origen a inicios del siglo XX. Picasso, Juan Gris, ya incluyen en sus óleos fragmentos de papel. 

Los surrealistas, luego lo tuvieron como herramienta directa. Para hacer un collage, claro, hay que manejar el color, la línea, la forma. Se lo incluye en los ejercicios de didáctica. Yo comencé a experimentar con dicha técnica hace unos 50 años, es un recurso muy tentador, dá para mucho. Como siempre, el límite es uno mismo.

- ¿Cuándo aparece el actor, dramaturgo y director de teatro?

- Supongo que el autor estaba ahí, agazapado, esperando su momento. Se dió así, mí papá, un ser espectacular, era fan del teatro. Y podría decir que ya viene de mi abuelo también. Vivíamos en Pehuajó, a 300 kilómetros de Buenos Aires, él era jefe de estación. Una vez al año, en la noche cruzábamos La Pampa en tren, y una vez allá todo lo que mi memoria registra es el teatro, en calle Corrientes, el escenario, las luces, la orquesta, ¡La gente actuando, bailando, cantando! Era Magia para mí. Ya en Pergamino, años después, mi padre nos llevaba a todos al Monumental. Hacia 1960 tal como ahora, había aquí varios elencos diversos. Los vi a todos.

Entonces, cuando en 1964 la escuela de teatro llega a la ciudad, con miedo y todo, me arrojo a la pileta. Evidentemente quería ser actor. Tenía ya 29 años. Lo demás, dirigir, fue mérito de mí gran profesor y amigo Eduardo “Goly” Bernal. Cuya muerte en 2003 lloré como la de un papá. Al parecer el teatro era lo inevitable.

- ¿Qué le dejaron aquellos años de Escuela de Teatro y posterior Grupo de Teatro de Pergamino?

- Mi vida teatral duró de 1964  a 2004. Lo primero que me dejó fue amistad. Las amistades que el teatro forja son de hierro o de oro. El paisaje humano que recorrí en esas décadas, me acercó a gente no perfecta, pero sí rica, bella, inolvidable. Y nombro algunos, de los que están todavía: Piri Sanz, Nora Conti, Ruly Defrancesco, Eduardo Aller, Mitosa Chiotta, Jorge Abal, Nina Troncaro y claro, Ana Danna. Días, noches, de pasión compartida, momentos, dulces o amargos, pero en compañía. Además, esa disciplina te exige aprender, indagar, curiosear en diversas materias: historia, filosofía, psicología, arte, etcétera, y más etcétera.

- ¿En simultáneo se manifiesta el periodismo con “Pergamino entre 15 días”?

- Debo decir que me improvisé periodista. Cosas que a uno le han pasado. Y para bien. Hacia 1968 decido renunciar a un empleo bien pago, pero más bien tóxico. Yo tenía 33 años. Y se dio la maravilla. Mario Lombari y Héctor Delgiudice de la redacción de la revista “15 días”, me llaman para colaborar. Fueron cuatro años de lujo. Se ganaba poco sí (yo era notero) y en esos años tuve el placer, el orgullo de conocer y entrevistar a genios como Leonardo Favio, Borges, Ernesto Sábato, Sandro, Alfredo Alcón, Rodolfo Bebán. Y talentos locales: Pedro Suñer, Alberto Rex Gonzalez, Edna Pozzi. No sé si mis notas eran buenas. Pero yo la pasé fantástico.

- ¿Cuándo comienza el amor por el cine y esa manera minuciosa de analizar las películas detalle a detalle?

- Mi recuerdo inicial: a mis tres años, en 1938,  mi papá me lleva al cine en un pueblito llamado Cuenca. Un dibujo animado (blanco y negro, claro) con la célebre Betty Boop, una damita muy sexy, incluso ese dibujito padeció censura en los Estados Unidos. Alguien dijo que el cine es un sueño colectivo. De ciertas películas como “La Strada” de Fellini que he visto no menos de seis veces, recuerdo escenas íntegras y la música famosa de Nino Rota. 

El cine, el bueno y el malo tiene un efecto hipnótico sobre nosotros. Me gustó siempre contar películas, algo que alguna gente lo detesta. Pero yo disfruto.

 

Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.