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Unidos por la sangre y el fútbol: Padre e hijo jugando juntos en Primera

Gabriel “Bibi” González se radicó hace 8 años en San Juan. Ahora, a sus 42, se dio el lujo de integrar un equipo a la par de Valentín, de 19. “Es algo que no se puede describir con palabras”, expresó el delantero

Hace unos años Gabriel "Bibi" González llegó a los entrenamientos junto a su hijo Valentín, una postal que se da siempre en casi todos los clubes. Es que mientras el padre entrenaba, el pequeño se divertía al costado del campo de juego. Pero, seguramente, el delantero jamás imaginó que la vida y los años lo juntarían dentro de una cancha con su primogénito.

El destino así lo quiso en este año que ya se termina. San Miguel de Albardón de San Juan juntó padre e hijo, quienes pudieron jugar juntos en el club albardonero en el Torneo Regional Amateur.

El "Bibi" tiene 42 años y se radicó en San Juan hace 8 años. En tanto, su hijo Valentín, de 19, llegó este año como refuerzo al club albardonero para coincidir con su padre que transita la parte final de su extensa carrera.

“Es un sueño cumplido, más no puedo pedir. El sueño de todo padre siempre es poder jugar con su hijo y a mí la vida me premió”, le dijo “Bibi” a Diario Cuyo.

Es que el delantero surgido en Douglas Haig, después de pasar por Huracán de Tres Arroyos, Godoy Cruz y Sarmiento de Chaco, recaló en San Juan para jugar en Unión de Villa Krause, Sportivo Desamparados y Sportivo Peñarol.

Cuando pensaba que la hora del retiro había llegado, apareció en el horizonte San Miguel de Albardón con una ambiciosa apuesta para jugar Liga Local y Copa de Campeones y el nativo de General Gelly aceptó. "Era para no perder ese gustito de jugar al fútbol, divertirme y disfrutar", indicó. Pero claro, en un plantel plagado de experiencia, los objetivos se fueron cumpliendo en lo deportivo, saliendo campeón y llegando a jugar el Regional Amateur. 

Mientras el delantero hizo su vida afectiva en San Juan, radicándose en San Juan, su único hijo Valentín estaba Douglas Haig.

El joven, también delantero, comenzó a perder la motivación en Pergamino y fue ahí que su papá lo convenció de probar suerte a San Juan.

San Miguel le hizo una prueba y Valentín González quedó. Arrancó la pretemporada y jugó varios partidos en la Liga local hasta que “Torpedo” Uranga, lo anotó en la lista para jugar el Regional Amateur.

En esos primeros partidos se dio la coincidencia de padre e hijo. El padre desde el arranque y Valentín reemplazándolo, ingresando desde el banco.

“No lo podía creer. Es algo que no se puede describir con palabras. Siempre lo llevaba a los entrenamientos y ahora jugar con él es increíble", aseveró el padre que luego de eso, se desgarró. Entonces no le quedó otra que apoyar a su hijo desde afuera hasta que en este último mes se recuperó y volvió. A pesar de haber quedado eliminado en el Regional, “Bibi” no se reprocha nada: “Fue una lástima porque queríamos llegar más lejos, pero habíamos dado todo”, argumentó.

¿Cómo lo describe el padre al hijo? “Tiene grandes cualidades, pero un camino largo por recorrer y seguir aprendiendo. Si bien es delantero acá en San Miguel lo hicieron jugar más por afuera, por izquierda y por derecha. Somos muy distintos, ‘Valen’ es más potente y tiene más velocidad, mete muchas ganas y corre. Es otro estilo", subrayó sobre el delantero que volvió a nuestra ciudad para pasar las fiestas junto a su familia y definir qué hará a futuro.

Su pase pertenece a Douglas Haig y llegó al club de Albardón a préstamo hasta abril. "Me sentí muy bien en San Juan, es una provincia que ya la conozco hace mucho desde que mi papá juega ahí. Pude hacer muchos amigos y en San Miguel me trataron excelente, pero la condición que me puso Douglas es que volviera por si me necesitaban, dependo de ellos para saber qué voy hacer", aclaró Valentín.

También su “Bibi” deberá definir su futuro. Es que el experimentado delantero trabaja como seguridad privada en el Hospital “Marcial Quiroga” y dice que todo dependerá de San Miguel. “El cuerpo ya no es el mismo y un Regional Amateur es exigente, el retiro ya viene en mi cabeza hace tiempo, cuesta muchísimo colgar los botínes pero el tiempo lo dirá”, añadió el delantero que al menos, cuando se retire, cumplió el sueño que pocos jugadores de fútbol logran hacer: jugar con su hijo.

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