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El trabajo sexual contado en primera persona: "Somos las putas y los putos de la Plaza San José"

Radiografía de un colectivo marginado que lucha por visibilizar una dura realidad y reclama por sus derechos postergados: "Festejamos cuando dejamos de prostituirnos, cuando conseguimos una changa, ni te cuento un trabajo estable, eso es soñado y festejado por todas y por todos".

"La prostitución es la más horrible de las aflicciones producidas por la distribución desigual de los bienes del mundo" quién lo escribió fue la gran Flora Tristán, escritora, socialista y un pilar fundamental del feminismo temprano allá por el 1830. Hace casi 200 años.

La defensa de la prostitución dice que impedirlo es un ataque a la libertad individual de expresión. No está este tema en discusión. Todos estos posibles debates se pueden dejar para la universidad o diferentes sectores que tienen su heladera llena y sus necesidades básicas satisfechas antes de cuestionarse si prostitución sí o prostitución no

Dos notas publicadas durante este mes en PRIMERA PLANA, hicieron darle voz a las y los que sí ponen el cuerpo en la calle. "Somos las putas y los putos de la Plaza San José" dicen, o más concretamente de Pinto y Monteagudo.

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"Para empezar, que quede claro: no elegimos esto porque nos gusta. Nadie en nuestro lugar lo elige. Pero si no salimos a la calle al otro día muchas veces no tenemos que comer", dice abriendo la conversación Tatiana Carneiro y sienta posición en la charla "yo soy una mujer trans. No me creo mujer, sé que no soy hombre. Me entiendo como me percibo".

Tatiana cuenta que los años de caminar la Plaza San José la hizo amiga de Tamara León y "Dey" Maldonado, dos amigas trans. Tamara, por su parte sostiene "nos conocemos hace muchos años, cuando la mano se ponía difícil a veces corríamos los autos porque si me ganaban de mano alguna de las chicas, yo al otro día raspaba la olla". Dey, por su parte agrega "nadie entiende lo que es saber que vas, pero no saber si volvés".

Todas las historias narradas, todas, sin exceptuar ninguna, están cargadas de violencias, de maltratos, de agradecer haber salido viva alguna vez que creían que su final estaba marcado. No sólo hay trabajadoras sexuales, mucho menos normalizado pero igual de cotidiano en el caminar de la Plaza, hay trabajadores sexuales varones.

"Lolo" Jimenez dice "desde el colectivo LGTB+ creemos que el mensaje tiene que ser claro. Nadie elije prostituirse. Ninguno de nosotros, que en nuestro grupo de whatsapp de las putas somos unos 50, lo hace por elección. Festejamos cuando dejamos de hacerlo, cuando conseguimos una changa, ni te cuento un trabajo estable, eso es soñado y festejado por todas y por todos". Cuando Tatiana repite una y otra vez que ellas no lo eligen, recalcan la idea de no poder entender cómo esta situación tan clara y tan a sabiendas de toda la comunidad, eternamente sigue igual o peor. "Yo trabajo en la calle hace muy poquito, no conozco mucho y los compañeros me ayudan un montón en el día a día. Ahora que no puedo trabajar, nos damos una mano entre todos, sobre todo con la olla popular que hace la familia de Lolo", cuenta tímidamente Miguel Ángel Acevedo, el más jóven de este incipiente colectivo.

“La olla popular de la familia de Lolo”, que publicó también PRIMERA PLANA, fue el puntapié inicial para la organización de este colectivo, que si bien a nivel municipal tienen un área de Diversidad Sexual e Identidad de Género en calle Marcelino Ugarte 240, las respuestas no siempre están acorde a la situación de extrema vulnerabilidad en la que se encuentran estos integrantes, dado que son por lo general, quienes sostienen por la explotación y el consumo de su cuerpo el hogar que habitan y la olla que alimenta a quienes convivan en el domicilio.

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"Y eso cuando tenemos domicilio. Yo llegué al grado de marginalidad de no tener puerta, no tener baño, vivir en condiciones que no se las deseo a nadie. Cuando no tenés más posibilidades, no te queda otra que salir a pararte en la Plaza, al menos así, sabes que si subiste a un auto, alguien del palo te va a dar una mano" afirma Britany Sanchez, otra mujer trans y trabajadora sexual.

Y cuando habla de dar una mano, agrega "las chicas me dieron desde un preservativo para cuidarme, un plato de comida, un abrazo cuando lo necesité. Me contuvieron cuando no conocía a nadie y el miedo me inundaba. Les agradezco que estemos contándonos nuestras historias, pero me duele mucho escuchar que todas pasamos por lo mismo: violencias, abusos, consumo de drogas, y principalmente miedo a no saber si algún día que nos subíamos a un auto, no saber si bajábamos vivas. El riesgo es inmens". Y así, le ponemos de a poquito nombres, caras y cuerpos a las luchas. 

A través de las viandas, se armó un grupo de whatsapp “Nos ayudamos entre todxs”, que en primera instancia avisaba el horario en el que iban a estar repartiendo por algún barrio particular, y después fue cargándose de contenido afectivo y político. Hoy en día “Nos ayudamos entre todxs” se define como colectivo y busca poder saldar cuestiones históricas, para ellas, para ellos y para que los que vienen tengan respuestas y posibilidades que al día de hoy no tienen.

"Lolo" Jimenez echa por tierra cualquier especulación posible en la urgencia: "Yo hoy por hoy tengo mi trabajo y no necesito salir a la calle, pero siempre estamos pidiendo por los derechos de todas las chicas y los chicos que necesitan del Estado en cuestiones elementales como medicación hormonal, preservativos, recursos alimenticios, cuando no alguna contención especializada porque los márgenes de violencia y marginalidad son muchas veces desesperantes". Tamara, en ese sentido agrega "organizarnos como colectivo nos da la posibilidad de hacer el mismo caminito de hormiga que hicimos individual, pero colectivo, acompañándonos y exigiendo los derechos que nos están siendo denegados. Por qué por ser trans tengo que disfrazarme y trabajar en la noche? No existe la igualdad de oportunidades".

Cabe recordar que en nuestra provincia existe la ley 14.783 del cupo laboral trans “Diana Sacayán” -ley impulsada por Diana, activista travesti asesinada un mes después de presentado el proyecto de ley-, además de todas las políticas públicas a la que dificilmente tienen acceso, al menos en nuestra ciudad.

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